El tiempo se le acaba a Abengoa. El próximo 28 de octubre finaliza la fase de preconcurso de acreedores y para evitar un futuro dramático, el 75,04% de los acreedores financieros (bancos) debe apoyar el acuerdo de reestructuración que firmaron el pasado 11 de agosto sus mayores acreedores. Esta es una de las razones por las que la dirección de la compañía se ha visto obligada a hacer serios ajustes económicos, y entre ellos se incluye la reducción de la plantilla, que se pensó inicialmente que podría ser de hasta un tercio de los trabajadores. Sin embargo, a día de hoy lo supera y va camino de continuar haciéndolo.
"Abengoa tuvo alrededor de 28.000 trabajadores en nómina en todo el mundo y en la actualidad se ha rebajado hasta los 15.000 o 16.000, y en España, de 7.500 que había se han reducido por el momento hasta unos 5.000", señalan fuentes conocedoras. "Ya se ha aligerado lo suficiente la estructura laboral pero no ha terminado el proceso", aseguran.
"Es imposible cuantificar el número exacto de personas que ya no trabajan para el Grupo Abengoa, porque la empresa no los ha facilitado, su falta de transparencia es algo a lo que nos tiene acostumbrados", añaden fuentes sindicales, "pero no solo hay que descontar los despidos por EREs que se han iniciado este año, hay que tener en cuenta las bajas voluntarias, es decir, aquellos trabajadores que han podido cambiarse de trabajo, la no renovación de los contratos temporales, que han llegado a ser el 50% de la plantilla del grupo en todo el mundo, la venta de empresas, como es el caso de Abentel, cuya plantilla deja de contar para el Grupo aunque no pierdan su puesto de trabajo, y los ERTEs, que tampoco cuentan como despidos porque son una suspensión temporal del contrato".
Actualmente hay 11 expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) abiertos en diversas empresas del grupo, como Abeinsa EPC, Abeinsa BD, Abengoa Research, Nicsa, Abencor, Abengoa Solar, Abengoa Solar España, Abengoa Bioenergy, Abeinsa New Technologies o Inabensa Cartagena.
Además, la venta de activos en los últimos meses ha sido incesante, como su participación en la planta termosolar Shams-1, en Abu Dhabi, su biorefinería en Rotterdam, sus cinco plantas de bioetanol de EEUU, un parque eólico en Uruguay, cuatro plantas fotovoltaicas en España a Vela Energy, una central de cogeneración en México, sus proyectos en Brasil, en Chile y Perú, además de la ralentización de otros tantos de ellos. "Lo que ha hecho con los trabajadores en Latinoamérica ha sido una sangría", señalan las fuentes, "¿cuál es el techo? Los umbrales que se habían marcado se han superado y la cota podría llegar a ser del 50%, la dirección está intervenida por los bancos, no le deja ninguna capacidad de autonomía".
El Plan de Viabilidad actualizado y los términos de la Reestructuración Financiera que Abengoa presentó en agosto pasado no definía la partida laboral, era un documento muy técnico dirigido a inversores y acreedores. "No se puede seguir manteniendo la actividad si se exigen términos muy extremos en el adelgazamiento de la plantilla", explican los sindicatos, "la situación es muy grave y genera mucha confusión e incertidumbre, pero creemos que Abengoa sigue teniendo unos conocimientos y un knowhow que la hacen fuerte y eso es gracias a sus trabajadores".
Por eso, una de las peticiones de los sindicatos es que la compañía espere a contar con una línea de crédito para el pago de las nóminas, para los proveedores, la industria auxiliar, quienes a su vez tienen trabajadores a su cargo. "La carga de trabajo es cada vez menor, porque no Abengoa no tiene liquidez para hacer frente a los avales de los contratos que consigue, por tanto los pierde y tiene que despedir a trabajadores, es necesaria una vía de préstamos que den liquidez a la compañía y así no perder estructura", concluyen.
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