La empresa australiana AGL, una de las principales proveedoras de energía de Australia, anunció este lunes que rechazó una oferta de compra de unos 5.700 millones de dólares (5.068 millones de euros) por parte de un consorcio liderado por la canadiense Brookfield, al considerarla infravalorada.
La oferta, en la que participa la firma de inversiones Grok Ventures del multimillonario australiano Mike Cannon-Brookes, condicionaba la compra de AGL al aceleramiento del cierre de sus plantas de electricidad impulsadas con carbón para el 2030.
La oferta de adquisición "no solicitada, preliminar y no vinculante" presentada el sábado pasado, "no ofrece una prima adecuada para un cambio de control y no es lo mejor para los accionistas de AGL Energy", dijo el presidente de la empresa, Peter Botten, en un comunicado a la bolsa australiana ASX.
La empresa también recalcó que está centrada en sus planes para dividirse en dos negocios AGL Australia y Accel Energy, lo que supondrá una mejor alternativa para sus accionistas, así como el desarrollo de la generación de energía flexible y renovable, de acuerdo al comunicado.
A pesar del rechazo, Cannon-Brookes, quien hizo su fortuna a través de la empresa de software Atlassian y la canadiense Brookfield, sigue pretendiendo adquirir AGL, considerada como una de los contaminadores más importantes de Australia.
"Seguiremos trabajando con ellos (AGL) y seguiremos hablando con los accionistas sobre por qué creemos que nuestro camino para la empresa es mejor", afirmó Cannon-Brookes a la emisora australiana ABC.
Esto supondría el cierre de dos plantas de AGL para el 2030 y alcanzar la emisión cero cinco años después, según el magnate australiano.
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