Los operadores de redes de distribución de gas deben prepararse para un "final disruptivo de su modelo de negocio" con escenarios netos cero que ven un uso muy limitado de hidrógeno en la calefacción de edificios, según un nuevo estudio del grupo de expertos alemán Agora Energiewende.
El informe apunta a un consenso emergente que concluye "que el papel del hidrógeno para la neutralidad climática es crucial pero secundario a la electrificación directa", con hidrógeno verde que se utilizará para descarbonizar la industria, el transporte marítimo, la aviación "y la consolidación de un sistema energético basado en energías renovables. "
Pero dice que el hidrógeno verde será poco usado en la calefacción de edificios, lo que llevará a "un final disruptivo" al modelo comercial de las redes de distribución de gas.
Y a pesar de los esfuerzos de presión de las empresas de distribución de gas para asegurar su longevidad prometiendo una transición del gas al hidrógeno, el informe concluye que “no existe una estrategia de financiación creíble” para el uso de hidrógeno en los hogares.
“La mezcla es insuficiente para cumplir los objetivos climáticos de la UE y los precios del carbono lo suficientemente altos como para proporcionar calefacción con hidrógeno serían inaceptables para los clientes”, dice el informe.
Según el informe, incluso una mezcla de hidrógeno renovable del 20% por volumen en la red de gas elevaría el precio del gas al por mayor en aproximadamente un 33% y reduciría las emisiones en solo un 7%.
El informe dice que la calefacción constituirá la parte más pequeña de las aplicaciones de hidrógeno en los escenarios netos cero europeos, con menos del 10% de la demanda total de hidrógeno en 2050.
Si bien el hidrógeno será prácticamente inexistente en la calefacción de hogares, el hidrógeno todavía puede ser útil para cubrir la carga de calor residual en plantas combinadas de calor y energía que generan calefacción urbana.
Teniendo esto en cuenta, la financiación del desarrollo del hidrógeno renovable deberá, por tanto, dirigirse a sectores que no se arrepientan, como el industrial y el energético.
"El modelo de negocio actual de los operadores del sistema de distribución de gas está preparado para un serio desafío, ya que la infraestructura de hidrógeno se centrará cada vez más en la demanda industrial", dijo Matthias Buck, director de política energética europea de Agora Energiewende.
"Las redes de distribución de gas cercanas a los puertos probablemente sobrevivirán, porque la infraestructura de repostaje y almacenamiento podría impulsar la descarbonización de los sectores marítimo y de la aviación".
El informe Agora Energiewende sugiere cinco instrumentos de política: contratos de carbono por diferencia (CfD) en la industria, una cuota de energía a líquido para la aviación, subastas para apoyar plantas combinadas de calor y energía, medidas para fomentar los mercados de materiales descarbonizados y contratos de suministro de hidrógeno. .
El informe, 12 Insights on Hydrogen , está dirigido a la Unión Europea, que los autores concluyen que tiene suficiente potencial de hidrógeno verde para satisfacer su demanda.
Sin embargo, se deben abordar dos desafíos: la aceptación y la ubicación de las energías renovables. Esto es especialmente importante teniendo en cuenta que Agora postula que se deben implementar entre 1 y 4GW de energías renovables adicionales por cada gigavatio de electrólisis.
Donde las redes de distribución de gas continuarán experimentando un declive constante, "las bombas de calor ofrecerán un trato mucho mejor" según Agora, y agregó que incluso "en términos del uso más eficiente de la energía renovable desde la perspectiva del sistema, las calderas de hidrógeno [residenciales] son la peor opción ".
El informe continúa explicando que, por cada 100 kWh de energía renovable aportada a una caldera de hidrógeno renovable, solo se producirían 61 kWh de calor.
Por el contrario, "dependiendo de la temperatura ambiente, las bombas de calor suministran entre 135 y 270 kWh de calor por cada kWh de generación renovable ... de 2 a 4 veces la potencia de la caldera de hidrógeno".
El informe concluye que “para 2050, todo el gas que fluye a través de las redes de distribución debe ser hidrógeno limpio, metano sintético producido a partir de hidrógeno descarbonizado o biometano.
"Pero ya está claro ahora que en el futuro habrá mucho menos gas que hoy, y las redes de distribución tendrán dificultades para atraer nuevas inversiones, particularmente durante las próximas dos décadas, cuando las bombas de calor ofrecerán un trato mucho mejor".
De manera similar, la calefacción con hidrógeno para hogares “será una solución de nicho”, según Agora, aunque “algunas redes de calefacción con altas temperaturas pueden tener cargas de calor residual que requieran respaldo de hidrógeno.
“También deberíamos tener en cuenta a aquellos que podrían preferir quedarse con su caldera en lugar de realizar un trabajo importante, incluso si en última instancia ahorra miles de euros. Pueden surgir oportunidades de nicho para el calentamiento de hidrógeno como estos, pero la mayoría de las redes de distribución deben prepararse para una eliminación gradual de sus activos de gas de baja presión ".
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