Política energética

AlK.Oa o cómo Nadal salvaría a Alcoa de un batacazo en la subasta de interrumpibilidad

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No está el horno para bollos en Galicia y Asturias, regiones donde la metalúrgica Alcoa tiene sus tres principales plantas en España. Una comunidad, la gallega, donde impera el PP con su tercera mayoría absoluta consecutiva, y la asturiana, con el ahora débil PSOE, donde está regida por el hombre que es capaz de dar a Rajoy de nuevo las llaves de Moncloa. Piensen mal.

Dejando la política aparte (o no), el caso es que Alcoa, la mayor empresa industrial de nuestro país, se juega en la próxima subasta de interrumpibilidad su futuro en España. O eso es lo que dejan caer sus propios trabajadores.

Pero para que realmente sea un éxito la subasta de interrumpibilidad, se tiene que producir casi un milagro (o no). Todo está en manos del secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal. 2016 ha sido el año en el que Alcoa ha lanzado su ofensiva total para negociar su estancia en España. El problema que ha tenido es que a mitad de octubre aún no hay gobierno. Y sin autoridad es complicado arbitrar a favor. Es como si en una final de un mundial de fútbol no hubiese colegiado. Sería imposible que te diesen un gol a favor. Pero también tiene su cosa buena, que no te pueden pitar un penalti en contra.

Vayamos por partes. Alcoa consiguió en la subasta de 2015 para el ejercicio de este año aproximadamente unos 125 millones de euros. Repartidos de la siguiente forma: tres bloques de 90 MW (todos a San Ciprián) con los que obtuvo unos 75 millones y el resto, 50 millones, en conseguir los 36 bloques de 5 MW para sus plantas de A Coruña y Avilés, y alguno más que necesita para cubrir esas plantas.

Este fue el peor resultado de Alcoa en una subasta. Y no se puede repetir. Necesita acercarse como sea a los 150 millones de euros. La situación en Avilés y A Coruña durante este año ha sido insostenible. Tensión máxima.

La solución para que se pueda acercar a esta cantidad pasa por aumentar el número de bloques de 90 MW que salgan a subasta, una decisión que tomará el secretario de Estado Alberto Nadal, y que probablemente lo haga pública pocos días antes del inicio de la subasta que será el 14 de noviembre.

En 2014 se subastaron 9 bloques de 90 MW. En 2015, a pesar de la petición de REE de requerir esos mismos 9 bloques, Industria decidió con sorpresa reducirlo en uno y dejar la subasta en 8 bloques. Y Alcoa, tal y como contó este diario, salió mal parada, entre otras cosas, porque no quiso entrar en el juego y decidió no pujar en la subasta. Al final, los tres bloques de 90 MW fueron asignados directamente con lo que ello conlleva, menos dinero.

Este miércoles, 12 de octubre, Día de la Hispanidad, el Gobierno soltó la liebre para la subasta de este año. Sin dar ningún tipo de explicación baja el precio de salida de los bloques tanto de 5 MW como de 90 MW. En el caso de estos últimos, pasa de 340.000 euros por MW a 310.000 euros, con lo que ello conlleva, menos tiempo para poder conseguir llevarse el bote. Lo convierte en una auténtica ruleta rusa.

Una decisión que ha sentado mal no, lo siguiente, en el seno de la gran industria española. ¿Por qué ha optado el Gobierno por reducir drásticamente el precio de salida? Es la pregunta del millón. Pero la respuesta es clara. Hay que salvar a Alcoa y aumentar el número de bloques de 90 MW para este año.

Pero, ¿cuántos bloques sacará Nadal a subasta? Fuentes cercanas a Industria señalan que mínimo se va a poder optar por los nueve que ha habido anteriormente, pero que si realmente se quiere hacer el favor a la metalúrgica norteamericana tienen que subastarse 10 bloques de 90 MW. ¿Puede ser posible?

Por poder, se puede, pero ahí también tiene algo que decir la CNMC que pone los requisitos de competencia para el buen funcionamiento de la subasta.

10 para 11 bloques

Y claro, no es lo mismo, 8, que 9 y ya no digamos, 10 bloques de 90 MW. A día de hoy, existen cinco empresas (Alcoa, Arcelor, Asturiana de Zinc, Celsa y Ferroatlántica) que pueden optar a los bloques de 90 MW. Alcoa tiene seis (cuatro en San Ciprián y uno en A Coruña y Avilés), dos posee Asturiana, y un bloque el resto de competidores. En total, 11 bloques.

Y el Gobierno podría sacar 9 ó 10 si quiere contentar a Alcoa. Haciendo cálculos, y siempre teniendo en cuenta el resultado del precio medio obtenido en la subasta del año pasado (292.000 euros/MW), Alcoa necesita sí o sí que el Gobierno coloque 10 bloques. Si solo ofertan 9 bloques, tiene todas las papeletas para que A Coruña o Avilés se queden sin su deseado bloque de 90 MW.

Si se subastan nueve bloques, y siempre y cuando Alcoa mantenga su estrategia de no pujar y se le sean adjudicados los bloques de forma directa por falta de competencia, la metalúrgica obtendría un precio medio de unos 270.000 euros por MW para los 4 bloques que ganaría. Además, arrastraría a uno de sus contrincantes a percibir el precio medio por asignación directa. Un premio de consolación que si no lo quiere lo tendría que luchar con el resto de competidores en los cuatro bloques que se subastarían. La ya famosa ruleta rusa. Luego Alcoa tendría que acudir a la subasta de 5 MW para cubrir el bloque de 90 MW que le falta, más los añadidos.

Pero en el caso de que fuesen 10 bloques, la situación cambiaría radicalmente. No es lo mismo que todas tus plantas tengan sus bloques de 90 MW que acudan a la subasta de 5 MW con la que se obtiene un precio muy inferior (135.000 euros/MW de los bloques de 5 MW por 292.000 euros/MW de los bloques de 90 MW). En este caso, Alcoa podría alcanzar la mágica cifra de unos 120 millones de euros solo con los cinco bloques de 90 MW.

Obtendría unos 269.000 euros de media por MW para los 450 MW que se le adjudicaría. A eso habría que sumar alguno más de 5 MW. En total, la cifra que podría alcanzar Alcoa en el caso de que se colocasen 10 bloques es de unos 145-146 millones de euros.

Teniendo en cuenta que el año pasado obtuvo por los 36 bloques de 5 MW, representativos de los dos bloques de 90 MW de A Coruña y Avilés, unos 24 millones de euros, y que con la adjudicación de los dos en una hipotética subasta de 10 bloques de 90 MW obtendría unos 45 millones por ambos, el resultado de mejora para Alcoa rondaría los 21 millones de euros.

Todas estas cifras son teniendo en cuenta el precio medio del año pasado. Pero para que el Gobierno pudiese sacar sin problemas más bloques sin tener que gastarse más dinero del debido (aproximadamente unos 500 millones de euros), ha tenido que hacer también sus cuentas y por eso ha decidido reducir drásticamente el precio de salida. Así, se asegura que los bloques se coloquen a menor precio. Y la jugada cuadre. Un último cálculo. La diferencia del precio de salida de un año a otro es de 30.000 euros. La diferencia entre el precio medio de 2015 con el precio medio que obtendría Alcoa en una supuesta subasta de 10 bloques de 90 MW es de 23.000 euros por MW. La diferencia es holgada para cubrirse las espaldas.

Ahora, queda un mes para que se conozca la decisión de Alberto Nadal. Tiempo suficiente para convencer a unos y otros. Y todo ello con una posible investidura de Rajoy de por medio. Sí, lo volveré a recordar, una investidura en manos de un hombre que preside el Gobierno de Asturias y la actual gestora del PSOE. Qué casualidad.

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