El consumo real de biocombustibles en España, de acuerdo con los últimos datos de Eurostat, se situó en 2022 en sólo 1,4 millones de toneladas equivalentes de petróleo (tep), lo que supone una bajada del 18% con respecto al consumo alcanzado en 2019 (1,7 Mtep). Esta importante disminución del consumo real de biocarburantes ha provocado la caída de la cuota real de energías renovables en el transporte al 3,57% en 2022, el nivel más reducido de los últimos años, tal como ilustra el gráfico del anexo.
Ante esta preocupante involución, APPA Biocarburantes reclama al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) la aprobación de un **plan de choque que permita revertir esta tendencia e incrementar sustancialmente el consumo real de biocarburantes en España. **
“Cuando el consumo real de biocarburantes y la cuota real de las energías renovables en el transporte deberían estar aumentando sustancialmente año tras año para avanzar en la imprescindible descarbonización del transporte, resulta que se está produciendo todo lo contrario, lo que no tiene ningún sentido”, asegura Álvaro Mitjans, presidente de APPA Biocarburantes.
Los objetivos en biocombustibles
Adicionalmente, sigue sin cumplirse, según los últimos datos de Eurostat, el objetivo contable de energías renovables en el transporte que se había fijado para 2020 (10%), ya que, de acuerdo con la metodología de cálculo prevista en la Directiva de Energías Renovables (DER II), que incluye multiplicadores y no considera consumos de carburantes tan importantes como el queroseno de aviación o el fuelóleo marino, la cuota contable de las energías renovables en el transporte en España se situó en 2022 en el 9,68%, tal como refleja el gráfico del anexo.
Para hacer frente a esta situación, la asociación considera que el Miteco debería incluir en el plan de choque propuesto, entre otras, las siguientes medidas:
-
El incremento sustancial de los actuales objetivos de venta o consumo de biocarburantes fijados en España hasta 2026 y su extensión, al menos, hasta 2030.
-
El establecimiento de la gasolina E10 (gasolina con un 10% de bioetanol) como carburante estándar obligatorio en las estaciones de servicio, tal como ya han hecho la gran mayoría de los Estados miembros de la Unión Europea (UE) como, por ejemplo, Francia, Alemania, Bélgica, Países Bajos, Austria, Finlandia, Suecia, Rumanía y Bulgaria.
-
El establecimiento del gasóleo B10 (gasóleo con un 10% de biodiésel) como carburante estándar obligatorio en las estaciones de servicio, tal como permite la nueva Directiva europea de calidad de los carburantes recientemente aprobada, que debería ser incorporada a la legislación española de manera urgente.
-
La adopción de una hoja de ruta para la promoción del consumo de combustibles con proporciones de biocarburantes superiores al 10%, así como de biocarburantes en estado puro (100%), especialmente para su utilización en vehículos pesados de carretera, tractores, aviones y embarcaciones, en línea con las medidas adoptadas en países vecinos como Francia.
-
La revisión del tratamiento actual que reciben los biocarburantes en el Impuesto Especial de Hidrocarburos (IEH), con el fin de aplicarles tipos tributarios más reducidos que los previstos para los combustibles fósiles, en atención a sus ventajas medioambientales y climáticas.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios