El año 2020 será el momento de comprobar si España cumple con sus objetivos de energía final bruta procedente de energía renovable, que debería ser del 20%, pero según José María González Moya, director general de APPA Renovables y encargado de presentar el Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España, "todo indica que no se va a cumplir". No solo no se alcanzará esa cifra sino que en 2018 incluso se ha retrocedido por "un aumento de la demanda y una reducción de la producción solar, a pesar de la mayor producción hidráulica y eólica o el repunte experimentado por los sectores térmicos" según indica el informe.
Ciertamente la competitividad alcanzada por algunas tecnologías renovables y las subastas realizadas en los años 2016 y 2017 han consolidado la reactivación del sector renovable nacional, que está creciendo al ritmo más alto de los últimos ocho años. La tasa de crecimiento del sector se situó en el 10,7% en términos reales, alcanzándose los 10.521 millones de euros de aportación al PIB de forma directa e inducida. De esta forma, el sector renovable constituye, a día de hoy, el 0,87% del PIB nacional encadenando cuatro años de crecimiento.
Sin embargo, el crecimiento de la nueva capacidad renovable no ha tenido el mismo ritmo que el aumento de la demanda, que ha provocado un aumento en el consumo de combustibles fósiles. "Incluso el ministro Álvaro Nadal, cuando convocó las subastas de 2016 y 2017, ya advirtió que aunque se construyeran los 8.800 MW ganadores (4.608 eólicos, 4.010 fotovoltaicos y 200 de biomasa), como mucho se alcanzaría un porcentaje inferior, el 19,5%".
"Las subastas se han hecho mal", explica por su parte José Miguel Villarig, presidente de APPA Renovables, "no puede haber convocatorias asiladas con pocas empresas que se llevan grandes cantidades, no es serio. Y además, muchas de ellas no tenían ni la ubicación del proyecto. Por eso, como asociación, le hemos transmitido al Gobierno cómo no debe volverse a hacer".
Mayor penetración de las renovables en España
Las energías renovables aumentaron su participación en el consumo de energía primaria 1,7 puntos porcentuales respecto a 2017, esto fue debido a una mayor aportación de la energía primaria de origen renovable, situándose el porcentaje de renovables en el 13,9% del total de energía primaria. Cifra que la posiciona en tercer lugar, por detrás de los productos petrolíferos (44,9%) y del gas natural (21,1%).
Las renovables supusieron el 15,1% de la energía final en España en 2018. Si observamos el comportamiento de las renovables no eléctricas, con un crecimiento del 8,1% respecto a 2017, su contribución fue del 6,7% de la energía final. Dentro de los usos directos de las renovables se observa un leve repunte de los usos térmicos y un crecimiento importante de los biocarburantes. El consumo de biodiésel experimentó un incremento del 42,4% y el de bioetanol un 12,7% durante el año 2018.
Las exportaciones suman un nuevo récord
Las exportaciones volvieron a marcar un récord en la serie histórica con 4.739 millones de euros de exportaciones en bienes y servicios, arrojando un saldo neto exportador de 2.746 millones de euros. Este saldo neto exportador de las energías renovables contrasta con el déficit energético de nuestra balanza comercial, que se situó en -25.132 millones. Comparado con el total del déficit nacional (33.840 M€), el déficit energético supone el 74%, por lo que se hace evidente la necesidad de apostar por las energías renovables como solución a la pérdida de divisas que suponen las importaciones energéticas.
Crecimiento del empleo en un sector que será puntero
El empleo creció un 3,3% respecto al año anterior, y el Sector Renovable registró un total de 81.294 empleos en términos globales en 2018. La creación de empleo de forma neta respecto a 2017 fue, por tanto, de 2.627 nuevos puestos de trabajo. Bien es cierto que esa mejora aún queda lejos de las tasas que se alcanzaron en el año 2008, con una cifra cercana a los 145.000 empleos directos e indirectos.
Por tecnologías, las energías que crearon nuevos puestos de trabajo netos en 2018 fueron: la eólica (1.961); la solar fotovoltaica (966); los biocarburantes (158); la minihidráulica (53); la geotermia de baja entalpía (13); la marina (11); la solar térmica (9); la minieólica (3) y la geotermia de alta entalpía (3). Por el contrario, destruyeron empleo solamente la biomasa (-507) y la solar termoeléctrica (-43).
Creciente esfuerzo investigador del sector renovable
En 2018 la inversión de las empresas renovables en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) supuso el 3,07% de su contribución al PIB. Al igual que en los últimos años, se observa que las energías renovables realizan inversiones de este tipo con un gran esfuerzo. De hecho, el esfuerzo fue casi el triple de la media de la economía española (1,2%) y muy por encima de la media de la Unión Europea (2,07%). Puntualmente, la inversión de las empresas renovables fue 2,56 veces mayor a la media española y 1,48 veces superior a la europea.
El Sector en su conjunto realiza una fuerte apuesta por las actividades de innovación, por ejemplo, en tecnologías como la eólica, la solar fotovoltaica, la solar termoeléctrica, la biomasa o la minihidráulica, con un alto grado de desarrollo, o de otras menos desarrolladas actualmente, como la marina, la minieólica o la geotermia de alta entalpía.
Un desarrollo que debe tener continuidad
Villarig ha reclamado estabilidad para el desarrollo futuro “tras una moratoria de años hemos vuelto a poner el sector a máxima velocidad, lo que necesitamos ahora es planificación con consenso y estabilidad para no volver a paralizar el sector”.
El presidente de la Asociación se refirió a la inestabilidad política como una debilidad: “Conocemos nuestros objetivos europeos para 2030 y las cifras demuestran que la apuesta por estas tecnologías es ambiciosa, pero nos preocupan aspectos como el efecto depresor, los vertidos y otros aspectos propios de la evolución futura del mix energético como si las señales que da el mercado son y serán correctas para cumplir los objetivos del Plan y si las inversiones van a ser o no rentables”.
Villarig fue optimista en la valoración de la futura actividad del sector, “España ha demostrado que cuenta con empresas experimentadas, magníficos recursos renovables y profesionales líderes en el ámbito mundial. Las energías renovables son una apuesta estratégica nacional que, si cuentan con una regulación estable y consensuada, pueden desarrollar una industria fuerte que nos permitirá alcanzar los objetivos para 2030 marcados en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima”.
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