El Gobierno polaco aprobó la fusión de las principales empresas energéticas del país, PKN Orlen y PGNiG, ambas con participación mayoritaria del Estado polaco.
El visto bueno del Gobierno, anunciado este martes tras la decisión adoptada en consejo de ministros el lunes por la noche, deberá ser ratificado en sendas juntas de accionistas de ambas empresas que tendrán lugar en las próximas semanas.
La fusión dará lugar a uno de los mayores conglomerados energéticos de Europa y culmina el proceso iniciado en julio de 2020, cuando el Estado polaco y PKN Orlen firmaron un acuerdo previo con PGNiG, que detenta el monopolio de la distribución de gas en Polonia.
Orlen y PGNiG
Un año más tarde Orlen informó a la Oficina de Competencia y Protección al Consumidor polaca su intención de hacerse con la mayoría de las acciones de PGNiG, y en marzo de este año esa entidad aprobó la operación.
La entidad que resultará de esta fusión será un gigante con casi 60.000 millones de euros de facturación anual, una base de más de 100 millones de consumidores y una fuerte presencia en el centro y este de Europa, acrecentada tras la reciente adquisición del Grupo Lotos, también del sector energético, por parte de PKN Orlen.
Según el presidente de PKN Orlen, que liderará el conglomerado, "gracias al apoyo del Gobierno polaco" a estas adquisiciones y fusiones "se ha podido crear un campeón mundial que será un competidor global" en el sector energético, algo que "nadie creía posible".
Los accionistas de PGNiG recibirán 0,0925 acciones de PKN Orlen como parte del acuerdo, que incluye también la transferencia a PKN Orlen del control de PGNiG sobre Gas Storage Poland, el operador de las instalaciones de almacenamiento de gas.
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