La petrolera estatal saudí, Aramco, ha firmado un contrato de arrendamiento y retroleasing con un consorcio liderado por EIG, empresa con sede en Washington, sobre su red de oleoductos por 12.400 millones de dólares (unos 10.400 millones de euros) por un periodo de 25 años.
El acuerdo, informó la agencia de noticias oficial de Arabia Saudí, SPA, implica la creación de una empresa subsidiaria, Aramco Oil Pipelines Company, de la que Aramco mantiene el 51 % y que le garantiza su derecho de uso con el compromiso de un volumen mínimo a cambio del pago de una tarifa.
Según la petrolera, esta operación se enmarca en estrategia de la empresa de "liberar el potencial de su base de activos y maximizar su valor para sus accionistas" y refuerza su papel "como catalizador para atraer significativas inversiones extranjeras" a Arabia Saudí, indicó SPA.
El vicepresidente de Desarrollo Corporativo de la empresa saudí, Abdulaziz bin Mohamed al Guaimi, aseguró, citado por la agencia, que el contrato les permite reforzar su balance financiero y "la resiliencia, agilidad y capacidad de Aramco para responder a las dinámicas cambiantes del mercado".
Esta operación de la petrolera estatal de Arabia Saudí, el mayor exportador mundial de crudo, se produce en unos momentos en que los beneficios de la compañía se ha reducido drásticamente (un 44,4% en 2020 respecto al año anterior) a causa de la crisis económica provocada por la pandemia de covid-19 y unos precios internacionales del crudo bajo.
A pesar de esto la empresa ha mantenido su reparto de dividendos a niveles altos, para lo que se ha visto obligado a echar mano de otras estrategias de financiación como una emisión de deuda en noviembre del año pasado.
Aramco salió a bolsa en diciembre de 2019 aunque tan solo ofertó el 1,5 % de sus títulos.
El resto sigue en manos del Gobierno saudí, que ha lanzado en los últimos años una serie de ambiciosos y multimillonarios proyectos, financiados con el dinero proveniente de la exportación de petróleo, para modernizar el país y diversificar su economía altamente dependiente del crudo.
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