Areva perdió 665 millones de euros el pasado año, tres veces menos que los 2.038 millones registrados en 2015, anunció hoy el grupo nuclear francés, que ha encadenado así seis ejercicios con las cuentas en rojo.
Las cuentas de 2016 quedaron marcadas por el proceso de reestructuración y de desmantelamiento de Areva, una vez que los accionistas (el Estado francés, el primero) dieron luz verde el pasado 3 de febrero al plan de salvamento de 5.000 millones de euros mediante una capitalización.
Por eso, la facturación en términos contables se redujo a 10 millones de euros en 2016, mientras que la entidad denominada NewCo, que va a ser cedida y que agrupa los negocios de extracción de uranio y de tratamiento de combustibles usados de centrales nucleares, disminuyó sus ingresos en un 3,7 % hasta 4.012 millones de euros.
El resto de los negocios, que deben ser cedidos a EDF (esencialmente los de la división de reactores y servicios), tuvieron un volumen de negocios de 3.526 millones de euros, con un descenso del 10 %.
El déficit de 2016 tuvo que ver esencialmente con una serie de depreciaciones y provisiones.
Así por ejemplo, a las pérdidas de 5.500 millones de euros que ya había contabilizado en el contrato de construcción del reactor nuclear de Olkiluoto en Finlandia, añadió una nueva partida de 116 millones de euros.
Además, Areva depreció el valor de sus activos mineros en 316 millones de euros y decidió incrementar en 246 millones de euros sus provisiones para el desmantelamiento de instalaciones nucleares, para así tener en cuenta el impacto del bajo nivel de los tipos de interés.
La deuda de la empresa, que era de 6.323 millones de euros a finales de 2015, quedó reducida a 1.473 millones un año después, sobre todo por la transferencia del grueso de esa partida con la cesión de NewCo.
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