El grupo estatal francés Areva ha presentado el montaje de su reestructuración, que pasa por la escisión de su actividad en dos entidades, una con el negocio de construcción de centrales y otra con todo el ciclo de combustible, antes de que la primera sea absorbida por la eléctrica EDF.
La reestructuración conllevará también una ampliación de capital de 5.000 millones de euros en la que el Estado francés ha anunciado que participará en tanto que accionista de referencia, destacó Areva en un comunicado.
En el segundo semestre de este año, se constituirá una nueva filial, participada al 100% por la casa matriz de Areva, que se llamará temporalmente NEW CO y que concentrará todos los negocios del ciclo de combustible nuclear (lo que significa las minas de uranio, la conversión del mineral en combustible y el reciclaje tras el uso en los reactores).
La sociedad Canberra se venderá durante esa segunda parte de 2016, mientras que otras tres filiales (Areva TA, Areva Energías Renovables y Areva NP) continuarán en el grupo hasta su posterior cesión.
El año próximo debería materializarse la ampliación de capital, que en el caso de Areva SA estará suscrita esencialmente por el Estado, mientras que en el de NEW CO será el Estado con "inversores estratégicos".
Al término de esa operación, la participación pública en NEW CO será como mínimo de dos tercios de su capital. En 2017 es cuando está programada la integración de los activos de centrales nucleares en EDF, pero los referentes a la construcción de un complejo atómico en Finlandia, que es un fiasco financiero, permanecerá en una estructura aparte hasta su término.
El director general, Philippe Knoche, destacó que de esta forma las dos estructuras "dispondrán de recursos adaptados a su misión y a su estrategia".
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