El presidente de la Generalitat, Artur Mas, se reencontrará este lunes con su pasado. Lo hará en la comisión de investigación sobre el fraude y la evasión fiscal y las prácticas de corrupción política, para responder a las preguntas de los grupos parlamentarios sobre su grado de conocimiento de los negocios turbios de la familia Pujol-Ferrusola.
Uno de los puntos oscuros de su gestión que la oposición sacará a relucir fue la presión que Mas realizó en 2002, cuando ostentaba el cargo de consejero jefe del Gobierno catalán, para que se desbloqueara la autorización de parques eólicos que contaban con informes negativos del departamento de Medio Ambiente, según informa hoy el diario ABC.
Se da la circunstancia de que dos de esos parques pertenecían a uno de los fundadores de CDC, Joan Fages, mientras que los informes sobre impacto ambiental favorables a esos proyectos fueron realizados por las empresas Entorn, dirigida por Pere Pujol Ferrusola, hijo del expresidente, y Codema, presidida por Carles Sumarroca, también fundador de CDC.
Mas envió una carta al entonces consejero de Medio Ambiente, Ramón Espadaler, en el que le instaba a dar luz verde a esos parque eólicos. Previamente, el asunto había sido tratado en una reunión entre el director de Energía y Minas, Albert Mitjà, y el secretario de Industria, Oriol Pujol, quien pudo haber apelado a Mas para sacar adelante el proyecto.
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