El volumen del reciente derrame de petróleo ocurrido en Ecuador a causa de la rotura de un oleoducto ascendió a más de 25.000 barriles de crudo que llegaron a los principales ríos de la provincia de Esmeraldas y que dejaron temporalmente sin agua potable a varias ciudades.
Doce días después de que se produjese el derrame, la petrolera estatal ecuatoriana Petroecuador, que se encarga de operar el Sistema de Oleoductos Transecuatoriano (Sote) que originó este vertido, determinó este martes en un comunicado que el volumen derramado alcanzó los 25.116 barriles.
La compañía reveló públicamente esta información después de que el portal digital Primicias mostrase un oficio interno de Petroecuador que señalaba esa misma cifra, que había sido solicitada a la petrolera por los medios de comunicación desde el mismo 13 de marzo cuando se produjo el derrame, pero hasta ahora no había sido informada.
La rotura de la tubería del Sote se produjo a su paso por el municipio de Quinindé, situado en la provincia de Esmeraldas, y el hidrocarburo llegó hasta el mismo río que da nombre a esta demarcación, lo que obligó a suspender el suministro de agua potable en varias localidades, entre ellas la ciudad de Esmeraldas, la capital provincial.
El derrame en Ecuador
La actividad del oleoducto, que transporta el petróleo extraído de los pozos de la Amazonía ecuatoriana hasta la costa del país, estuvo paralizada durante los seis días que duró la reparación de la tubería y la retirada de unos 225.000 metros cúbicos de tierra que cayeron encima de la infraestructura, producto del deslizamiento de tierra.
Si bien desde un primer momento las autoridades ecuatorianas apuntaron a que el derrame se debió a ese corrimiento de tierras, la ministra de Energía y Minas, Inés Manzano, llegó a aseverar la semana pasada sin aportar prueba alguna que se trató de un supuesto sabotaje contra el Gobierno.
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