Con la vista puesta en la transformación energética y la digitalización de la economía, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha publicado una esperada propuesta de resolución que detalla cómo las empresas distribuidoras de electricidad deben calcular y publicar la capacidad libre en sus redes. Se trata de un cambio normativo clave que allana el camino para la integración eficiente de centros de procesamiento de datos, sistemas de almacenamiento en baterías, estaciones de recarga para vehículos eléctricos e infraestructuras industriales de gran demanda energética.
Esta resolución, identificada como RDC/DE/002/25, es una de las más relevantes del año en el ámbito regulatorio energético. Desarrolla lo previsto en el artículo 18 y el anexo III de la Circular 1/2024 y establece, por primera vez, criterios técnicos homogéneos a nivel nacional para evaluar y gestionar el acceso a la red de distribución por parte de grandes consumidores eléctricos.
La clave del nuevo esquema reside en la obligación de las distribuidoras de publicar de forma mensual mapas actualizados que muestren cuánta capacidad firme queda disponible en cada nudo de la red. Esta capacidad, entendida como la potencia activa que puede ser atendida durante todas las horas del año sin comprometer la estabilidad del sistema, se convierte así en un dato público y accesible, crucial para planificar nuevas conexiones. El acceso a esta información ya no dependerá de trámites previos ni de evaluaciones opacas, sino que estará disponible el primer día hábil de cada mes, dos meses después de que la resolución entre en vigor.
En caso de que una solicitud de acceso sea rechazada, la nueva normativa impone a los gestores de red la obligación de emitir una justificación técnica detallada. Esta debe incluir los datos y escenarios empleados para concluir que no hay capacidad disponible, así como los motivos por los que no se utilizó el escenario habitual de máxima demanda neta si se optó por otra referencia. La resolución también exige que se detallen los cálculos empleados, así como las características técnicas de la red que imposibilitan la conexión. Esta medida busca eliminar la arbitrariedad y fomentar la confianza del sector en el proceso de asignación de capacidad.
Instalaciones singulares
Una de las grandes novedades del documento es la introducción del concepto de instalaciones singulares. Este término agrupa a aquellas infraestructuras que, por su tamaño o impacto, requieren una evaluación especial. Es el caso de grandes centros de datos, proyectos de electrificación industrial o nuevas instalaciones que concentren un consumo muy localizado y de gran volumen. Para estas solicitudes, la evaluación deberá considerar su influencia en el conjunto de la red, así como su capacidad de afectar a otros nudos, lo que puede derivar en la exigencia de informes adicionales.
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