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Así es cómo Europa se quiere desenganchar del gas ruso

La Comisión Europea propone un enfoque multidimensional, sustentando en tres pilares fundamentales: reducción del consumo, diversificación de proveedores y aceleración de las energías renovables

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En respuesta a la invasión rusa de Ucrania y la creciente inestabilidad geopolítica, la Unión Europea ha trazado una hoja de ruta clara y urgente: eliminar progresivamente su dependencia del gas ruso para antes de 2030. La estrategia, dentro del plan "REPowerEU", se fundamenta en acelerar la transición energética, diversificar proveedores y aumentar la eficiencia energética de los Estados miembros.

Actualmente, Rusia representa más del 40% de las importaciones de gas de la UE, una cifra que ha sido objeto de creciente preocupación tanto por motivos económicos como de seguridad. La guerra ha evidenciado los riesgos de mantener vínculos energéticos con regímenes autoritarios y ha impulsado una respuesta política unificada en el seno europeo.

La Comisión Europea propone un enfoque multidimensional, sustentando en tres pilares fundamentales: reducción del consumo, diversificación de proveedores y aceleración de las energías renovables.

Tres ejes

La reducción de la demanda energética es la primera línea de defensa. Para ello, Bruselas propone un paquete de medidas inmediatas para mejorar la eficiencia energética en hogares, edificios públicos e industrias. Esto incluye el impulso de programas de rehabilitación energética, sistemas de calefacción eficientes y campañas de concienciación ciudadana.

Se calcula que solo con una reducción del 1% en la demanda, Europa podría ahorrar el equivalente a casi 10.000 millones de metros cúbicos de gas natural al año. A largo plazo, se espera que la mejora en la eficiencia reduzca el consumo global de energía en al menos un 9% para 2030, según el plan.

Con el gas ruso en retirada, Europa ha acelerado acuerdos con nuevos socios. Estados Unidos ya ha comenzado a aumentar sus envíos de gas natural licuado (GNL) al continente, mientras que países como Qatar, Noruega, Argelia y Azerbaiyán también figuran como proveedores clave.

Bruselas estudia que la UE prohíba firmar nuevos contratos para importar gas ruso
El documento, todavía sometido a debate dentro del Ejecutivo comunitario, se presentará el 6 de mayo.

Paralelamente, se están reforzando las infraestructuras energéticas entre Estados miembros: nuevos gasoductos, terminales de GNL y sistemas de interconexión permitirán un mejor reparto del suministro en caso de crisis. Además, se está estudiando la creación de reservas estratégicas conjuntas de gas para garantizar la seguridad en los meses de mayor demanda.

El tercer eje del plan consiste en acelerar la implantación de energías renovables. La Comisión Europea quiere duplicar la capacidad solar instalada de aquí a 2025, y alcanzar 600 GW en capacidad solar y eólica combinada en 2030. Esto implicará simplificar permisos para proyectos, aumentar la fabricación europea de paneles solares y turbinas eólicas, y promover la inversión privada.

Una pieza clave será también el hidrógeno verde, que se considera fundamental para sustituir el gas en sectores industriales y de transporte pesado. REPowerEU contempla la producción de 10 millones de toneladas de hidrógeno renovable dentro de la UE para 2030, además de importaciones adicionales.

Costes, desafíos y oportunidades

El coste estimado de REPowerEU ronda los 210.000 millones de euros hasta 2027, según cifras de la Comisión. Aunque se trata de una inversión significativa, Bruselas argumenta que es mucho menor que el coste de seguir dependiendo de Rusia, tanto en términos económicos como geopolíticos.

Sin embargo, el camino no está exento de obstáculos. Algunos países del centro y este de Europa, como Hungría, Eslovaquia o Alemania, dependen en gran medida del gas ruso para calefacción e industria. Para ellos, la adaptación requerirá apoyo financiero y técnico adicional, así como más tiempo para llevar a cabo la transición.

También hay preocupaciones medioambientales. El aumento de importaciones de GNL —que se transporta por barco y requiere procesos de regasificación intensivos en energía— podría suponer un retroceso temporal en la lucha climática si no se regula cuidadosamente.

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Un comentario

  • naughty

    naughty

    06/05/2025

    Si el H2 verde es la vía para dejar de comprar gas ruso, Rusia se puede quedar tranquila. Va a vendernos gas todo el que quiera.

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