El primer ministro de Australia, Malcolm Trunbull, ha anunciado que aplaza su plan para legislar sobre la reducción de gases contaminantes, en plena crisis de liderazgo por su política de reducir el precio de la electricidad.
“Nuestra mayoría en el Parlamento es de un escaño y las reservas excepcionales de algunos de nuestros colegas suponen, mientras sea el caso, que no podremos sacar la ley adelante”, dijo Turnbull a la prensa.
“Cuando tengamos suficiente apoyo, la presentaremos nuevamente”, añadió.
La medida no supone un abandono del compromiso gubernamental del Acuerdo de París contra el cambio climático pero aplaza cualquier intento de legislar para 2030 una reducción de gases contaminantes del 26 por ciento respecto al nivel de 2005 junto a su llamado plan de Garantía Nacional Energética.
“Nuestra política energética se mantiene. No vamos a presentar un proyecto de ley en la Cámara de Representantes hasta que se pueda hacer”, precisó el mandatario.
“Sólo estoy interesado en asegurar a los australianos precios de la energía más bajos y que se mantengan los empleos”, insistió.
Turnbull hizo el anuncio en medio de rumores crecientes sobre la intención del ministro del Interior, Peter Dutton, de desafiar su liderazgo al frente del Partido Liberal.
La coalición gobernante con el Partido Nacional se encuentra en medio de una crisis por la política energética que busca rebajar las tarifas de la electricidad, que es generada principalmente por plantas de carbón.
Turnbull convocó una reunión de emergencia el domingo por la noche en medio de rumores de que algunos legisladores sin cartera del Gobierno le han pedido a Dutton que intente desbancarlo.
El primer ministro aseguró que “goza de la confianza del Gabinete y de su partido”, y remarcó que Dutton le dio hoy “su apoyo absoluto”.
Una encuesta publicada anoche indica que los laboristas cuentan con el 55 por ciento de los apoyos frente a un 45 por ciento de la coalición, en el cálculo entre dos partidos, lo que supondría que el Gobierno perdería 20 escaños en unas elecciones generales.
Australia ha atravesado varias crisis de liderazgo desde 2010, cuando la laborista Julia Gillard arrebató el poder a su correligionario Kevin Rudd, que recuperó las riendas del Ejecutivo en 2013 en otro golpe interno.
Ese mismo año el liberal Tony Abbott ganó los comicios para ser depuesto por otra revuelta interna encabezada por Turnbull a finales de 2015.