Bélgica ha propuesto al resto de países de la Unión Europea la creación de un impuesto europeo que grave el sector de la aviación, ya sea a través de la venta de billetes o sobre el consumo de combustible, con el objetivo de que la industria aérea reduzca sus emisiones contaminantes y contribuya a cumplir con los objetivos climáticos de bloque comunitario en el marco del Acuerdo de París.
La delegación belga ha introducido un debate sobre su propuesta en la reunión de ministros de Medio Ambiente de los Veintiocho que tendrá lugar este martes en Bruselas y en la que participará la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera.
En un documento que ha preparado para este encuentro, el gobierno de Bélgica defiende que son necesarios "esfuerzos adicionales" para atajar el "continuado crecimiento de las emisiones" de gases de efecto invernadero de este sector y para evitar que otros sectores tengan que compensar este incremento.
"Un elemento importante de estos esfuerzos sería una tarifa justa y correcta al transporte aéreo", señala el documento, que añade a continuación que "en actualidad no están gravados ni el queroseno ni los billetes de avión a través del IVA".
Además, Bélgica cree que un futuro impuesto a la aviación debería tener en cuenta los costes externos, a través del principio de que "el que contamina, paga" y serviría para "restaurar una competencia justa con otros modos de transporte".
El documento también subraya que crearía incentivos para que aerolíneas y fabricantes inviertan en las medidas adecuadas para transitar hacia una economía neutral desde el punto de vista climático y podría provocar que se utilizasen fondos públicos para impulsar esta transición e invertir en formas de transporte alternativas.
Propuesta similar a la de Países Bajos
La propuesta de es similar a otra iniciativa presentada por Países Bajos a los ministros de Finanzas de la Unión Europea (Ecofin) a mediados de febrero, pero Bélgica cree que este asunto debe ser también debatido por los responsables de Medio Ambiente del bloque comunitario.
Un informe elaborado recientemente por la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA), la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) y Eurocontrol apunta que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) se incrementarán un 21% hasta 2040 en comparación con los niveles registrados en 2017 en el escenario base, hasta las 198 millones de toneladas.
En el escenario más negativo (un mayor tráfico aéreo), las emisiones de CO2 llegarían a las 262 millones de toneladas (un 60% más), mientras que en el escenario menos nocivo (menor tráfico aéreo), se recortarían hasta las 134 millones de toneladas (un 18% menos).
Según el estudio de los tres organismos, el sector de la aviación fue el responsable del 3,6% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la Unión Europea en 2016 y representó ese mismo año el 13,4% de todas las emisiones del sector europeo del transporte.
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