Los bitcoins o criptomonedas llevan unos años de moda, pero últimamente los movimientos especulativos han llevado a este producto financiero a cotas jamás vistas hasta ahora. El apoyo de empresas o directivos anunciando compras fuertes de criptomonedas no ayudan al planeta. Es más, pone en riesgo la transición energética y la descarbonización de las economías que llevan afrontando los países desde hace algunos años.
Este activo etéreo cotiza ahora a unos 58.000 dólares por bitcoin o algo más de 48.000 euros. El precio lleva un rally espectacular bajo la premisa de que vive sin control alguno, sin regulación. Está fuera de control.
Pero a mayor interés por parte de los especuladores que invierten en las criptomonedas hacen disparar su producción, y con ello su consumo energético. El coste energético de minar bitcoins es altísimo. Aunque a día de hoy no se puede cifrar exactamente cuál es su consumo eléctrico, hay un estudio de la Universidad de Cambridge que lo analiza bajo ciertos parámetros y ofrece datos que se aproximan a lo que realmente sucede con la minería de bitcoins.
Se trata del Cambridge Bitcoin Electricity Consumption Index (CBECI), un índice que proporciona una estimación en tiempo real del uso total anual de electricidad de la red Bitcoin y permite comparaciones en vivo con usos alternativos de electricidad para poner las cifras en perspectiva.
Actualmente el consumo eléctrico de los bitcoins es de 137 TWh anuales. (Ver gráfica)
Según los datos, en noviembre del año pasado, es decir hace seis meses, el consumo energético era solo de 55 TWh.
Para que se puedan hacer una idea, los bitcoins ya representan el 0,63% de la demanda eléctrica de todo el planeta. Supera a países como Suecia, Noruega, Países Bajos, Argentina o Emiratos Árabes Unidos, por poner unos ejemplos.
Si fuese un país, los bitcoins ya serían el 27º que más consume electricidad y a este paso se convertirá en uno de los mayores países del planeta.
Nadie le está prestando la atención suficiente a este hecho. Un grupo minoritario de personas que se benefician de las criptomonedas están creando una bomba de relojería para los intereses de la transición energética.
La descarbonización de las economías no se consigue de la noche a la mañana, ni con solo energías renovables. Para conseguir el objetivo de emisiones netas cero para 2050 como pretenden hacer las grandes economías mundiales necesitan ser más eficientes. A menor consumo, menos emisiones. Por tanto, el alto consumo eléctrico de bitcoins lo único que consigue es que se produzca más energía procedente de centrales térmicas contaminantes como el carbón o el gas, y más teniendo en cuenta que el 65% actual del hash total procede de China cuyo mix energético está basado en carbón.
Porque otra¡o punto de vista sería que el hecho de que unos pocos especulen y ganen mucho dinero a través de las criptomonedas perjudica al bolsillo del resto. El aumento de la demanda eléctrica no hace más que incrementar los precios de la electricidad en los mercados mayoristas. A mayor demanda, se crea un mayor hueco térmico para que las centrales contaminantes, que son las más caras de producir electricidad en la actualidad en algunos mercados como Europa o EEUU, encarezcan los precios en los mercados eléctricos y por tanto hagan más cara la factura del resto de consumidores de electricidad.
En definitiva, la minería de bitcoins se ha convertido en un problema medioambiental al que debemos enfrentarnos.
¿Cuanto consume la informática, oficinas y servicios centrales de los bancos? Sí, supera con mucho el consumo energético de la minería del bitcoin. Señores, esto es sin duda la próxima revolución y que nadie se engañe porque ha llegado para quedarse y para reemplazar a los señores actuales del dinero. Por otro lado no todo es bitcoin y minería, hay otros protocolos que no necesitan "prueba de trabajo" y su consumo energético es despreciable.
Carlos
07/04/2021
estaría bien saber cuánta energía gasta el sector bancario
Miguel
07/04/2021
Es una de las cosas más absurdas que he visto en mucho tiempo. Un despilfarro de energía.
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carlos
07/04/2021