En menos de tres décadas, BlackRock ha pasado de ser un desconocido a convertirse en el mayor fondo de inversión del mundo. Ahora, el fondo con sede en Nueva York también se ha erigido como el Rey Midas del sector energético español, con una participación en acciones de las principales compañías valorada en más de 10.900 millones de euros.
Las estrategias de inversión de BlackRock han llevado a esta entidad a convertirse en el primer o segundo socio mayoritario de empresas estratégicas para España, tales como Iberdrola, Repsol, Naturgy, Enagás, Redeia y Solaria —Endesa, de momento, fluye a contracorriente—. Estos movimientos coinciden además con los objetivos declarados por BlackRock en materia de sostenibilidad y descarbonización, tras su incursión en el negocio de infraestructuras renovables en 2012.
Capital
La huella de BlackRock en el sector energético español va más allá de las participaciones accionarias. La gestora ya tiene presencia en los consejos de administración de las principales empresas del país, incluyendo la principal petrolera, la principal eléctrica, y ahora, en la principal gasista.
En la actualidad, BlackRock se posiciona como el primer accionista de Repsol, ostentando un 5,475% del capital, seguido de cerca por JP Morgan, que recientemente se erigió como el segundo máximo accionista con un 5,366%. La entidad financiera Norges Bank se sitúa en la tercera posición, controlando directamente más de 57,9 millones de acciones de Repsol, representativas del 4,535% del capital.
En caso de que la operación con GIP anunciada el pasado viernes tenga éxito, el fondo estadounidense pasaría a convertirse en el segundo mayor accionista (21,5%) de Naturgy. Esta participación de GIP se sitúa detrás de Criteria, que ostenta un 26,7%, y de CVC, con un 20,4%, pero supera la participación del fondo australiano IFM, que se posiciona en el 14%.
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