La petrolera británica BP ha aprobado la inversión para poner en marcha el proyecto Tiber-Guadalupe, un ambicioso desarrollo en aguas profundas del Golfo de México (Golfo de América) que supone un retorno decidido de la compañía a sus operaciones de petróleo y gas en la región. La decisión final de inversión se traduce en un compromiso de alrededor de 5.000 millones de dólares y marca una de las mayores apuestas recientes de la compañía en hidrocarburos tras años de enfocarse en energías renovables.
Tiber-Guadalupe contempla la construcción de una nueva instalación flotante capaz de producir hasta 80.000 barriles de crudo al día, con inicio previsto de operaciones en 2030. El plan incluye la explotación de dos yacimientos, Tiber y Guadalupe, a través de un conjunto inicial de ocho pozos, con un potencial estimado de 350 millones de barriles equivalentes de petróleo recuperables en esta primera fase.
Será la séptima instalación operada directamente por BP en el Golfo de México, consolidando la importancia estratégica de la zona para el portafolio energético de la compañía.
Reducción de costos
La petrolera ha subrayado que el diseño de la plataforma aprovechará gran parte de la ingeniería desarrollada para su proyecto Kaskida, lo que permitirá reducir significativamente los costos de construcción y operación. Además, se incorporará tecnología de perforación en condiciones de presión ultraelevada, conocida como “20K”, considerada esencial para la explotación de reservas ubicadas en aguas ultraprofundas.







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