El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha dicho este jueves que le sorprende la "opacidad" europea y de los organismos multilaterales al rehuir el debate sobre las consecuencias sociales, políticas y medioambientales de la nueva era de la minería extractiva de los minerales críticos.
Brufau, durante la inauguración de la presentación de la novena edición del estudio Energía y Geoestrategia, ha manifestado que es difícil entender que se rehúya este debate cuando será fundamental en el nuevo escenario de transición energética y, en cierta medida, sustituirá el papel jugado hasta ahora por los hidrocarburos fósiles.
Por otro lado, se ha referido a la reacción de la UE a las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania y ha señalado que "el hecho de que a estas alturas tengamos que definir la necesidad de diversificar las fuentes de aprovisionamiento de hidrocarburos, y ampliar los proveedores de petróleo y gas natural evidencia la inadecuada planificación energética en Europa".
La descarbonización, según Brufau
Ha llamado a no volverse a equivocar porque en el futuro Europa tampoco será autónoma, pues su senda de descarbonización depende de un sinfín de minerales, como el litio, el cobalto, el manganeso o tecnologías como los microchips, las turbinas eólicas o las placas solares, que tienen todos "un denominador común que se llama China".
Brufau ha dicho que es el momento de apostar por un modelo descarbonizado basado en la neutralidad tecnológica, "lejos de dogmas", un modelo que "garantice que no se producen desabastecimientos o incrementos inasumibles de los costes energéticos y de las materias primas minerales".
Además, ha señalado que "la tendencia europea de creer que la electrificación renovable es la única solución a la falta de autonomía energética es sumamente errónea", y ha recordado que las renovables requieren grandes inversiones para generar con uniformidad, pues hacen falta redes, almacenamiento, baterías, hidrógeno renovable y minerales críticos.
Repsol y las renovables
El presidente de Repsol, que ha pedido apoyar todas las fuentes alternativas para llegar a la descarbonización en 2050, también ha llamado la atención sobre que el "vecindario del sur de Europa se ha vuelto menos estable".
Ha citado la ruptura de relaciones diplomáticas entre Argelia y Marruecos, que ha llevado al cierre del gasoducto Magreb-Europa, por el que llegaba gas a España desde Argelia atravesando Marruecos, y la situación de Libia, un "actor clave para la seguridad energética de España y el sur de Europa".
Brufau ha dicho que espera que Libia recupere pronto su estabilidad y que "es también responsabilidad de la UE poner recursos para garantizarla".
Por su parte, el presidente del Comité Español del Consejo Mundial de la Energía, Íñigo Díaz de Espada, ha señalado que hay que prestar atención a los nuevos flujos energéticos que como consecuencia del conflicto entre Rusia y Ucrania van a aparecer.
Ha dicho que con esta "guerra híbrida" seguirá habiendo que dar prioridad en las agendas a la ciberseguridad para prevenir incidentes que pongan en riesgo la seguridad y el suministro.
La presidenta del Club Español de la Energía, María Victoria Zingoni, ha indicado que la guerra de Ucrania ha recordado que el acceso a una energía asequible y el contar con seguridad de suministro no es algo que se pueda dar siempre por sentado, y ha añadido que en la búsqueda de esa menor dependencia energética de Rusia se deben evitar nuevos riesgos, teniendo cuidado de no sustituir unos "cuellos de botella" por otros.
Gloria saval
26/05/2022