El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha dicho que en España no ha oído ninguna voz que defienda la industria del automóvil, y se ha preguntado cómo es posible que tengan que ser Alemania e Italia los que defiendan en la UE el motor de combustión a través del uso de combustibles sintéticos y ecocombustibles.
Brufau, durante su participación este martes en el encuentro #LíderesResponsables, organizado por la Fundación Seres, ha señalado que la movilidad vehicular sólo representa un 20% de las emisiones globales en el planeta, ha recordado que en España la antigüedad media del parque automovilístico es de 13 años y medio, y cada año se gana un año más en ese envejecimiento.
El directivo ha subrayado la contradicción de que España, que es el segundo productor de vehículos de combustión interna en Europa, apueste prácticamente en exclusiva por el vehículo eléctrico, del que China es el gran productor.
La postura de Repsol
En su opinión, ha manifestado que no se puede centrar el problema del cambio climático en el vehículo de combustión, pues las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que genera, por ejemplo, la agricultura o la producción de electricidad son mucho mayores.
Además, Brufau ha subrayado el pragmatismo con el que Estados Unidos está enfocando el impulso al vehículo eléctrico, al que subvenciona sólo si un 40% de sus componentes procede de la industria estadounidense.
El presidente de Repsol ha criticado que Europa haya puesto un énfasis exclusivo en la sostenibilidad y que todo lo que se haga sea medioambientalmente responsable, olvidándose de cuestiones como la seguridad del suministro.
Según Brufau, la guerra de Ucrania ha puesto en evidencia esa "irracionalidad", pues con el cierre del suministro de gas ruso a Europa se ha tenido que importar desde Estados Unidos gas extraído mediante 'fracking' (fractura hidráulica), técnica no permitida en países de la UE.
Ha recordado que las agencias internacionales pronostican que los combustibles fósiles caerán, pero muy poco, en la matriz energética primaria, y que el petróleo será necesario todavía durante 30 ó 40 años en el mundo, con lo que lo que se hace con determinadas políticas es encarecerlo y perjudicar a países que lo necesitan para su desarrollo.
Además, ha calificado de "dramático" que haya planteamientos como el expresado por el comisario europeo Thierry Breton de exportar coches de combustión a África después de que se prohíba su venta en Europa.
También considera que "nos estamos cargando el concepto de una Europa uniforme", al permitir que cada país por su cuenta decida subvencionar a los sectores que se puedan ver perjudicados por la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) estadounidense, pues eso beneficiará a países como Francia o Alemania frente a España, que por su elevado endeudamiento tendrá más difícil dar ayudas.
Para Brufau, Europa está en un camino "un poquito equivocado", mientras Estados Unidos "está recibiendo inversiones brutales" para hacer su transición energética.
Además, ha dicho que "Europa ha perdido el camino de la industrialización" y ha añadido que debería tener como prioridad "poner la industria en el sitio adecuado que le corresponde", pues es básica para la educación, la universidad, la ciencia y el empleo de calidad.
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