"No somos retardistas ni negacionistas". Así de claro lo ha dejado el presidente de Repsol, Antonio Brufau, durante su intervención en la Junta General de Accionistas de 2024, defendiéndose de las críticas recibidas durante estos meses, asegurando que la energética se toma en serio "la lucha contra el cambio climático" en cada una de las acciones de su estrategia para ser una empresa descarbonizada.
Brufau (Repsol): “No somos retardistas ni negacionistas”
El presidente de Repsol puso especial énfasis sobre la pérdida de competitividad de la industria europea frente la china o la estadounidense
"A mí no me gustaría que se me malinterpretase con lo que digo y con lo que diré. En esta casa no somos ni retardistas ni negacionistas, todo lo contrario. Somos absolutos activistas en la lucha contra el cambio climático, y lo demostramos cada día con todo lo que estamos haciendo desde una óptica industrial para convertir la industria, en este caso la de Repsol, en una industria muy descarbonizada" señaló.
Industria europea vs EEUU y China
En este sentido, el presidente de Repsol llamó a Europa a hacer "una reflexión" respecto a la regulación en la región, ya que una "buena" regulación "da señales claras y permite la inversión". "Europa debe decidir si quiere liderar o ser solo un área de juegos en el sistema económico mundial", afirmó**** Brufau, señalando la preocupante pérdida de peso económico del continente frente a las dos grandes economías a nivel mundial: Estados Unidos y China.
Brufau explicó que, mientras Estados Unidos ha fortalecido su industria gracias a una energía competitiva y una regulación más eficiente, Europa ha enfrentado obstáculos debido a una excesiva regulación y un enfoque desequilibrado en la sostenibilidad en detrimento de la competitividad. Así, puso el ejemplo de Estados Unidos con su ley IRA (Inflaction Reduction Act), "la zanahoria" para incentivar la inversión, frente a la legislación europea, basada en el apoyo a la industria regulada, como la energía eléctrica, "que no tiene que competir con lo que viene de fuera", olvidándose mientras de la industria.
El presidente de la energética enfatizó además en la necesidad de políticas que incentiven la inversión y reduzcan la burocracia, así como una regulación más clara y coherente que promueva la competitividad sin descuidar la sostenibilidad.
A pesar de ello, no quiso parecer "pesimista" y se mostró "optimista" respecto a los cambios que se están produciendo en Europa y que se pueden avecinar en las próximas elecciones de junio, ya que el Viejo Continente "se está dando cuenta de que la industria es un motor esencial para la prosperidad y el bienestar".
Electrificación
De esta manera, señaló que la transición hacia una economía baja en carbono "solo pasará" si se respeta la neutralidad tecnológica y se deja competir a todas las tecnologías. "El mantra instalado en la legislación de que la electrificación solucionará los problemas de la descarbonización es un auténtico error", añadió.
A este respecto, lamentó que todas las políticas en Europa están enfocadas en "potenciar la electricidad", que apenas representa en España un 22% del consumo de energía final, dejando de lado al gas natural o los combustibles renovables. "La pregunta que yo me hago es, si esto es así y si llevamos tanto tiempo insistiendo en electrificar todo, ¿no nos estaremos equivocando de camino?", apuntó.
Por otra parte, defendiendo que "transición energética y transición industrial es lo mismo", Brufau puso también en valor la apuesta de la compañía por la producción de biocombustibles como una vía "para crear una nueva industria" y para "potenciar la transformación de las unidades industriales que hoy trabajan en los combustibles fósiles". Además, subrayó que estos combustibles líquidos son una solución también para la descarbonización de la movilidad, especialmente aquella que no puede ser electrificada.
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