La Comisión Europea (CE) autorizó este martes la compra de los negocios energéticos de la francesa Alstom por parte de la estadounidense General Electric por 12.500 millones de euros, pero sujeta a condiciones.
Tras investigar a fondo la operación para evaluar su impacto sobre la competencia en el sector, Bruselas ha dado visto bueno a la operación a condición de que los principales activos de Alstom del negocio de “turbinas de gas de gran potencia”, utilizadas principalmente en centrales eléctricas y de gas, se cedan a la italiana Ansaldo.
La Comisión Europea temía que este “gran acuerdo”, en palabras de la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, tal y como se había planteado originalmente, eliminase parte de la competencia en el sector de los equipos de generación energética.
En concreto, el Ejecutivo comunitario “ha investigado con mucho cuidado los potenciales efectos de la operación sobre la competencia en Europa”, dado que GE es el mayor productor mundial del sector y Alstom es el número tres dentro de los cuatro actores con presencia global.
Las otras dos empresas a este nivel son Siemens y Mitsubishi Hitachi Power Systems.
Por ello, la Comisión temía que la adquisición sin condiciones causara una reducción de opciones para los clientes y un aumento de los precios, además de perjudicar la innovación.
Vestager indicó que Ansaldo es un actor en el mercado que ya estaba activo en la generación de la energía y que con estos nuevos negocios bajo su control, “será capaz de reemplazar el rol de Alstom en parte de estos importantes mercados”.
“Aunque Ansaldo no es el mas fuerte en el mercado, esto le da una oportunidad de luchar”, dijo Vestager.
Añadió que la Comisión Europea tendrá que tener constancia de la transferencia de activos a la italiana antes de que General Electric pueda finalizar la adquisición.
Respecto al resto de las actividades que forman parte de la adquisición, como los negocios de generación energética térmica -diferentes al gas-, las redes y las renovables, la Comisión “no ha identificado ninguna preocupación respecto a la competencia”.
“Las actividades de las dos compañías son complementarias y no se solapan”, apuntó la Comisión.
Vestager recordó también que la operación fue notificada a Bruselas solo hace ocho meses, tras lo que se decidió a investigar a fondo en colaboración con la división antimonopolio del Departamento de Justicia de Estados Unidos.