A lo largo del día de hoy se celebra la junta de accionistas de Siemens Gamesa, que se presenta 'calentita'. La ofensiva de Iberdrola, que tiene el 8% del capital, a la gestión de la cúpula directiva y al Grupo Siemens, máximo accionista con el 59%, no dejan lugar a dudas de que no está contento con la fusión, y además considera que no se han cumplido los compromisos adquiridos en la fusión de Siemens Wind Power con Gamesa en abril del año pasado. Más aún, sospecha que quieren cambiar la sede de España.
Para aclarar la situación, la eléctrica española ha incluido en el orden del día la ratificación de la sede en España, el reforzamiento del gobierno corporativo para el otorgamiento de contratos y la protección de los accionistas minoritarios frente al mayoritario, aunque tampoco es seguro que se puedan a debatir esas propuestas, porque Siemens no las quiere incluir y va aprovechar su mayoría en el capital social de la compañía para echarlas atrás.
Sin embargo, sorprendería que así fuera porque el grupo alemán niega cualquier acusación y asegura que hay un diálogo fluido con la eléctrica española. Incluso el propio consejero delegado de Siemens Gamesa, Markus Tacke ha reconocido en varias ocasiones, respecto al descontento manifestado por Sánchez Galán, que “cada accionista es respetado" y que en la actualidad todos están alineados con los intereses de la compañía y quieren que “la empresa sea rentable”.
Lo cierto es que el valor de las acciones en el último año han caído un 37%, hasta situarse en el entorno de los 13 euros, y por el momento no parece que vaya a remontar, aunque la matriz alemana espera que su cotización mejore gracias al exitoso plan de negocio.
Eso de puertas para afuera, porque de puertas para adentro, según ha podido saber El Periódico de la Energía, el grupo Siemens estaría hablando con otros inversores interesados en entrar en el accionariado, en el caso de que finalmente Iberdrola rompa la baraja y considere que se ha incumplido el pacto parasocial. En este supuesto, Siemens estaría obligada a comprar el 8% que posee Iberdrola a 22 euros por acción o al precio que cotice más un 30% de prima, lo que tendría importantes repercusiones económicas para la multinacional alemana.
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