Eficiencia  ·  Renovables

Casi un 40% de la población se plantea mejorar la eficiencia energética de su hogar con fórmulas de autoconsumo

;ás del 80% de las personas encuestadas asegura saber lo que es un certificado energético, aunque, de ellas, casi la mitad (43,2%) no sabe para qué sirven o cómo funcionan

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Casi un 40% de la población española se plantea algún tipo de fórmula de autoconsumo energético y un 26% ya ha buscado opciones de financiación para realizar esas mejoras. En línea, un 77,3% de la sociedad asegura considerar la eficiencia energética como muy o bastante importante en sus decisiones para el hogar. Estas son algunas de las conclusiones del I Estudio Triodos Bank sobre ‘Conductas sostenibles de la población española’ realizado por la entidad de banca ética Triodos Bank en el marco de su XX aniversario en España, en el que analiza el grado de conocimiento, hábitos e implicación de la sociedad española en materia de sostenibilidad en ámbitos como el consumo, el ahorro energético, la moda o el bienestar personal, entre otros.

Estos y otros datos del Estudio están directamente relacionados con una sensibilidad social, cada vez más generalizada, sobre la importancia de la eficiencia energética en las decisiones que afectan al hogar, asociada al uso creciente de los recursos energéticos y la contaminación producida por la utilización de combustibles fósiles. Según los últimos datos disponibles en la 'Cuenta de emisiones a la atmósfera' del Instituto Nacional de Estadística (INE) la economía española emitió 304,4 millones de toneladas de gases de efecto invernadero en 2022, un 3,1% más que el año anterior. Los hogares fueron responsables del 22% de esas emisiones, casi 68 millones de toneladas.

El Estudio hace también análisis por género y destaca que el 42,7% de los hombres afirman estar interesados en acometer estas mejoras mientras que solo el 36,3% de las mujeres también lo estarían. Por otro lado, y como resultado de los avances en la concienciación ambiental, las personas jóvenes de entre 18 y 25 años son las más proclives a la posibilidad de instalar sistemas de autoconsumo (46,7%) mientras que en el lado opuesto se encuentran las personas mayores de 65 años (30%).

Por otra parte, más del 80% de las personas encuestadas asegura saber lo que es un certificado energético, aunque, de ellas, casi la mitad (43,2%) no sabe para qué sirven o cómo funcionan.

El autoconsumo y la eficiencia

Con la llegada del invierno y el descenso de las temperaturas, el consumo de calefacción en España registra un incremento notable. Tal y como se desprende de los resultados del Estudio, el 70,9% de la población española asegura hacer uso habitual de la calefacción en los meses más fríos del año.

Con estos datos, es importante preguntarse sobre el efecto que tienen estos sistemas en el medioambiente. Según los cálculos de la Oficina Española del Cambio Climático, las emisiones contaminantes generadas por el uso de la calefacción y el agua caliente sanitaria pueden llegar a representar un 20% del total de emisiones de los hogares españoles que, a pesar de los avances en energías renovables, todavía utilizan en gran medida (54,2%) el gas natural como su principal fuente de calefacción.

Aunque es percibido socialmente como «más limpio» en comparación con el carbón, el gasóleo o la gasolina y de que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) lo presente como un vector de ajuste necesario para el cumplimiento de los objetivos climáticos y para dar respaldo a las renovables, el gas natural, que en realidad debería ser llamado metano debido a su composición química, es un tipo de hidrocarburo que no deja de ser un combustible fósil y, por lo tanto, altamente contaminante.

Frente a esta realidad, otras alternativas son minoritarias y solo el 29,1% de la población usa calefacción eléctrica, un 6,9% de gasoil y un 5,4% de biomasa (leña, pellets…). El uso de energías limpias como la aerotermia o geotermia, las bombas de calor o las placas solares todavía es residual.

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Por el momento, los sistemas de climatización eficientes son aún poco habituales en nuestros hogares y solo un 16,4% de la población afirma tenerlos. Tampoco parece que a corto plazo se vaya a incrementar su penetración porque el 50% de las personas consultadas afirma no estar interesado por ahora, aunque deja una puerta abierta para el futuro. En contraposición, casi un 30% asegura no tener ningún interés en esos sistemas.

De los datos del Estudio se desprende también un avance en la conciencia ambiental, con un 80% de la muestra que tiene en cuenta (siempre o a menudo) el impacto ambiental al utilizar la calefacción. En línea, un 76,8% asegura que nunca la tiene encendida todo el día, frente a un 23,2% que sí lo hace, siempre o habitualmente.

Con temperaturas bajo cero en los meses invernales, La Rioja (94,4%), Navarra (93%), Castilla y León (92,5%) y Aragón (91,9%) son las comunidades que más uso hacen de la calefacción. En el otro extremo están Canarias (5%), con una temperatura media de 22ºC, Andalucía (47,4%) y Murcia (52,7%).

La reducción del consumo de energía eléctrica y agua como una prioridad para los hogares españoles

Comenzar a reducir el consumo de energía desde nuestros hogares es crucial para luchar contra el cambio climático y la preservación de los ecosistemas. Implementar medidas como el uso de bombillas LED, desconectar aparatos que no estén en uso, optar por electrodomésticos eficientes o simplemente cerrar un grifo son algunas adoptar conductas sencillas y sostenibles en nuestro día a día. Estas medidas individuales, multiplicadas por millones de hogares, pueden generar un grandísimo impacto positivo en la protección del medio ambiente y el uso consciente de los recursos energéticos.

Consumo de luz

Según los datos del Estudio, la práctica de apagar las luces al salir de una habitación es habitual para un 99 % de las personas. Además, un cambio hacia el uso de luces LED ha sido considerado o realizado por el 94,1%, un 90,8% de la sociedad afirma desenchufar los aparatos eléctricos cuando no están en uso y más del 80% implementa medidas para reducir el consumo eléctrico, con el uso de electrodomésticos eficientes y el desenchufado de aparatos como acciones más comunes. Por otro lado, los reguladores de intensidad son utilizados por solo el 16,7% de la población y existe un alto grado de desconocimiento sobre su eficiencia (menos de un 50 % de las personas los identifica como una medida eficaz para el ahorro de luz en sus hogares).

En general, y dentro del panorama nacional, las personas encuestadas de Castilla - La Mancha son las que afirman tomar más medidas para reducir el consumo de electricidad (90,3%), seguidas de las de Baleares (88,6%) y Extremadura (89,3%). En el otro lado de la lista están Cantabria (75%), Asturias (79,8%) y Cataluña (80,2%).

Consumo de agua

La mayoría de las personas consultadas (94,4%) prefiere ducharse a bañarse, un 73,9% toma medidas activas para reducir su consumo como limitar el tiempo en la ducha (64,2%) y cerrar el grifo mientras se lavan los dientes (97,9%). Entre esas medidas destaca también el uso del botón de ahorro en la cisterna, instalado ya en el 50,3% de los hogares.

Por regiones, y en clara coincidencia con las zonas con mayor porcentaje de precipitaciones, el norte de España es donde menos medidas se toman para reducir el consumo de agua, y es un tema prioritario solo para el 63% de la población del País Vasco, el 64,4% de Galicia y Cantabria y el 64,7% de Asturias. Por el contrario, Cataluña (85,2%), azotada en los últimos años por unas sequías que han dejado en estado crítico sus reservas hídricas, y Canarias (81,2%), con una situación especialmente alarmante y embalses prácticamente vacíos, son las comunidades en las que se muestra mayor preocupación.

Para evitar la desigualdad y la degradación medioambiental Triodos Bank apoya activamente proyectos descentralizados y no convencionales como la energía solar en tejados, la geotermia, el almacenamiento de energía y la eficiencia energética, así como el acceso a la tecnología energética moderna para resolver los desafíos del cambio climático, tanto en materia de descarbonización como de acceso a la energía. Esto supone mejorar la eficiencia energética de los sistemas existentes y desarrollar otros nuevos, a través del principio de "la eficiencia energética primero" y de la minimización en los edificios de las necesidades energéticas relacionadas con la calefacción y la refrigeración.

La entidad siempre ha abogado por una economía libre de combustibles fósiles, tal y como se establece en su documento "Hacia una economía baja en carbono". El mundo necesita una transformación completa del sistema energético, base de nuestras economías y del futuro desarrollo sostenible. En el centro de esa transición se encuentra la necesidad urgente de adoptar fuentes de energía limpias para la climatización y la capacidad de llegar a todos los rincones de la sociedad y la economía.

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