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Caso de estudio de región industrial: Euskadi

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Sabemos que la energía es fundamental para el funcionamiento de la sociedad. Es por ello que, hoy voy a traeros un análisis energético centrado sobre una región con un sector industrial potente y con escasas capacidades de generación renovable. La región de Euskadi, donde vivo yo.

En la siguiente imagen podéis observar la ubicación de Euskadi (señalado con una flecha azul) junto a las olas de industrialización de Europa. El desarrollo de la región estuvo estrechamente ligado a las minas de hierro presentes en los montes vascos y a la tradición marina del pueblo vasco. Ambos factores, lograron conectar directamente la región con las islas británicas, corazón de Europa en la época, por ser el origen de la revolución industrial.

Mapa de la expansión de la industrialización de Europa junto a la ubicación del Euskadi.Fuente: Modificado a partir del original del El Orden Mundial

Características

Euskadi está situado en la zona más oriental de la cornisa cantábrica, y tiene una superficie de 7.234 km² y una población que sobrepasa los 2 millones de habitantes, con una densidad por encima de los 300 habitantes por km². Según los datos del Instituto Vasco de Estadística, la densidad de habitantes de las tres provincias que conforman Euskadi es la siguiente: Bizkaia (516,5 hab/km²), Gipuzkoa (363,9 hab/km²), Araba (109,4 hab/km²). De hecho, Bizkaia con una superficie de 2217 km², es la segunda provincia más pequeña de España, pero es la décima más poblada (1.159.443 habitantes) y la tercera en densidad de población (516,5 hab/km²).

Densidad de población de España.Fuente: El Orden Mundial

Con la infografía anterior queda muy patente el problema estructural que tiene el país con la España vaciada. Sin embargo, mi intención con esta entradilla ha sido remarcar 3 características relevantes de la región.

  1. Zona muy industrializada.
  2. Superficie pequeña con mucha concentración de habitantes.
  3. Escasa energía renovable disponible por la orografía.

La Oficina de Estadística de las Comunidades Europeas –EUROSTAT recoge los balances energéticos de todos los países de la Unión Europea. A partir de estos balances, elabora una serie de indicadores y realiza una comparativa entre los países. A partir de esta información es posible realizar una comparativa entre Euskadi y algunos países europeos.

En el siguiente gráfico se muestra las estructuras del consumo interior bruto de Euskadi en el año 2022, donde podemos observar a simple vista lo diferentes que son los mix energéticos de la Unión Europea.

Comparativa de la estructura del consumo interior bruto de Euskadi respecto a otros países de la Unión Europea (2022). Fuente: Ente Vasco de Energía (EVE)

Lo que observamos de una primera impresión es que la región depende, en gran medida, de los combustibles fósiles (83 %), siendo el petróleo y sus derivados y el gas natural, las fuentes principales. Solamente superado por Irlanda, que tiene un grado de dependencia del 86% , debido al impacto del carbón.

La nota positiva es que la penetración del carbón es nula en Euskadi, y como todos sabéis a estas alturas, el carbón es la fuente que más emisiones de efecto invernadero genera.

Las emisiones, estancadas

El Gobierno Vasco dispone de un inventario de los gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera. Este hecho que es muy destacable, ya que podemos comprobar cuál ha sido la evolución de las emisiones de CO₂ en Euskadi en las últimas 3 décadas.

Gráfico de emisiones de Euskadi desde 1990 a 2021. Fuente: Elaboración propia

Si analizamos una línea temporal amplia, como es el caso, podemos desgranar dos tendencias muy claras:

  • La primera de ellas, ascendente, con el pico de emisiones de dióxido de carbono en 2007. Creo que todos los lectores sois muy conscientes a que se debe el periodo que culmina en 2007-2008, ¿verdad? Efectivamente, la burbuja inmobiliaria que pinchó, y que derivó en la crisis económica más grande conocida hasta entonces.
  • La segunda, descendente tras la crisis económica. El consumo, tanto doméstico como industrial, se vio muy afectado con la crisis económica. El retroceso del producto interior bruto y el frenazo económico permitió que las emisiones de efecto invernadero se redujeran un 25 %. Para que calibréis, en el 2020, con la pandemia de la Covid-19 y el confinamiento que hubo, solamente redujo un 15% las emisiones.

En los últimos años las emisiones de CO₂ se ha estabilizado en torno a los 15.000 KTn/año. Pero, obviamente, no todos los sectores tienen el mismo impacto en las emisiones de CO₂ en Euskadi. Por eso es importante tener cuantificado la distribución del consumo final de energía por sectores.

Comparativa de la estructura del consumo final de energía por sector de Euskadi respecto a otros países de la Unión Europea (2022).Fuente: Ente Vasco de Energía (EVE)

Según los datos del 2022 en Euskadi, el 45% de la energía final consumida en la región ha ido a parar al sector del transporte. Tanto el sector servicios como el residencial está por debajo del promedio europeo.

La otra diferencia significativa se debe al potente sector industrial presente en Euskadi. Que, en un radio de 125 km, se encuentran los sectores de celulosa y papel, cemento, refino, siderurgia y fundición. Mucho de los sectores que se ubican en Euskadi, son etiquetados como “hard to abate sectors”.

Dentro de la iniciativa de Net Zero Basque Industrial Super Cluster se han cuantificado 71 plantas productivas en la región. Los sectores implicados tienen una distribución de uso de la energía muy variable, donde por ejemplo, la refinería de Petronor (Petróleos del Norte- Grupo Repsol) emplea el 93% de su energía en modo térmico y solamente un 7% en forma de electricidad.

Diagnostico energético de la industria vasca. Fuente: Net Zero Basque Industrial Super Cluster

Por otra parte, el sector de la función o papel emplea el 65% de la energía mediante electricidad, y solamente, el 35% de la energía en forma de calor.

Intensidad de carbono

Por último, resulta interesante valorar la intensidad de emisiones asociado a cada producto, y por ende, a cada sector. A veces este parámetro es denominado como intensidad en carbono, pero en ambos casos expresa el ratio entre las emisiones emitidas durante el proceso de producción industrial y el producto fabricado. En ese apartado observamos como la fundición y el cementero son quienes mayor impacto relativo tienen.

Por cada 1 Tn de cemento que se produce se emiten 440 kg de CO₂, o en el caso de la fundición, 500 kg de CO₂.

Por corolario, podemos afirmar que para Euskadi la descarbonización del transporte resulta fundamental para proseguir en la senda descendente de las emisiones de dióxido de carbono. Para ello, los biocombustibles con emisiones neta 0 o la electrificación de la flota pueden ayudar a aligerar el impacto medioambiental de la región.

Por otra parte, la industria muy presente desde hace más de 150 años tiene un reto mayúsculo al tratarse de industria pesada e intensiva en energía. A ello, hay que sumarle la variedad de sectores difíciles de descarbonizar que se encuentran en la zona. Por lo que, disponer de abundante energía eléctrica verde resulta imprescindible a medio plazo para garantizar una industria sostenible en el territorio a largo plazo.

Ager Prieto Elorduy es analista del sector energético. Ingeniero de procesos en la Ingeniería española Sener.

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