Castilla y León ve en el biogás una oportunidad de desarrollo industrial

El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, ha defendido la instalación de plantas de biogás y biometano como "una oportunidad" para Castilla y León, una comunidad con residuos agroganaderos.

En respuesta a preguntas de los periodistas en Villamuriel de Cerrato (Palencia), el consejero ha afirmado que el rechazo social a este tipo de proyectos no está justificado, ya que se desarrollan con todas las garantías jurídicas y técnicas.

Además, Suárez-Quiñones ha asegurado que las energías renovables no son una opción, sino una necesidad, y que "no hay más remedio que sumarse a ellas", ya sean eólicas, solares, hidráulicas, biogás o biometano.

Respecto al biogás y al biometano ha señalado que Castilla y León tiene una gran oportunidad debido a sus residuos agroganaderos, lo que ha generado el interés de las empresas por asentarse en la comunidad.

"Hay que abrir la comunidad a estos proyectos que conllevan actividad económica y empleo, pero también hacen efectiva la economía circular al dar salida y aprovechar los residuos ganaderos y agrícolas", ha manifestado el consejero.

El biogás en Castilla y León

Ha recordado que la Junta de Castilla y León está elaborando un plan regional para ordenar la implantación de plantas de biogás, planificando dónde pueden establecerse para evitar interacciones negativas con otros sectores y bienes del territorio.

Este plan permitirá un desarrollo ordenado del biogás, que, según Suárez-Quiñones, se producirá de cualquier forma, como ya ha ocurrido en otros países como Alemania, donde existen 10.000 plantas de biogás.

"Tenemos que estar en ese futuro, pero de forma ordenada y planificada", ha apuntado.

Además, ha incidido en las garantías que la administración exige a estas iniciativas para que cumplan estrictamente la normativa y los requerimientos técnicos sobre su viabilidad. "La normativa y la técnica evitan cualquier tipo de perjuicio a terceros", ha enfatizado el consejero.

Suárez-Quiñones también ha querido tranquilizar a los ciudadanos, asegurando que la tecnología con la que se construyen y operan estas plantas garantiza que las emisiones nocivas sean mínimas.