Eléctricas

Cerrar las nucleares de Lituania, Bulgaria y Eslovaquia podría costar 11.400 millones de euros

Ningún comentario

Según un nuevo informe del Tribunal de Cuentas Europeo, el coste previsto para la clausura de reactores nucleares soviéticos de primera generación situados en Lituania, Bulgaria y Eslovaquia podría ser al menos de 5.700 millones de euros, y puede incluso duplicarse si se incluye el coste de la eliminación definitiva de los residuos de alta actividad.

Asimismo, los auditores afirman que la cofinanciación de los Estados miembros en el marco de los programas de la UE sigue siendo muy limitada. El déficit entre los costes de clausura y la financiación en Lituania ha aumentado 1.560 millones de euros desde su última auditoría en 2011. Se calcula que los déficits de financiación en Bulgaria y Eslovaquia representan 28 y 92 millones de euros respectivamente. Los programas de financiación de la UE destinados específicamente a la clausura nuclear no han creado los incentivos adecuados para que la clausura se lleve a cabo dentro del plazo previsto y según criterios de optimización de recursos, puesto que casi todos los proyectos clave de infraestructuras sufrieron retrasos.

«Me preocupa que los proyectos de clausura clave hayan sufrido retrasos, que persistan los déficits de financiación, y que los avances en la eliminación definitiva de los residuos de alta actividad sean insuficientes», manifestó Phil Wynn Owen, Miembro del Tribunal de Cuentas Europeo encargado del informe.

Los auditores examinaron los avances realizados desde 2011 en los programas europeos de ayuda a la clausura nuclear. Las autoridades de los Estados miembros alegan que las centrales han sido cerradas de manera irreversible, sin embargo no se han alcanzado plenamente todas las realizaciones previstas que la Comisión tuvo en cuenta para evaluar los avances conducentes al cierre irreversible. El desmantelamiento de los componentes clave en las zonas de menor radiación, como por ejemplo la sala de turbinas, ha avanzado de forma satisfactoria en las plantas de Ignalina (Lituania), Kozloduy (Bulgaria) y Bohunice (Eslovaquia). No obstante, aún están por llegar desafíos cruciales en las zonas con mayor radiación, como en los edificios de los reactores. Los tres Estados miembros han instalado infraestructuras clave temporales para la gestión de los residuos in situ, pero casi todos los proyectos clave de infraestructuras en los tres Estados miembros sufrieron retrasos. Los mayores retrasos tuvieron lugar en Lituania, donde, desde 2011, la fecha para concluir la clausura se ha pospuesto nueve años más hasta 2038.

Los costes futuros relativos a la clausura nuclear y a la eliminación definitiva del combustible nuclear gastado no siempre están reconocidos como provisiones o incluidos en las memorias contables, lo que reduce la transparencia y obstaculiza la capacidad de las autoridades competentes para planificar adecuadamente cómo se sufragarán los costes futuros de la clausura y la eliminación.

Los auditores formulan una serie de recomendaciones a la Comisión Europea y a los Estados miembros. Entre las recomendación clave a la Comisión cabe destacar las siguientes:

  • buscar la forma de conseguir que aumente la cofinanciación nacional durante el período de financiación 2014-2020;
  • los programas específicos de financiación destinados a la clausura nuclear en Lituania, Bulgaria y Eslovaquia se deberían suspender después de 2020. Si se determina que existe una clara necesidad de usar fondos de la UE después de 2020 en uno o más de estos Estados miembros, toda propuesta de financiación de la UE presentada por la Comisión y aprobada por el legislador debería incluir los incentivos apropiados para lograr la clausura, inclusive mediante la limitación temporal y la condición de que los Estados miembros aporten un nivel adecuado de cofinanciación. Una forma de hacerlo sería examinar la opción de ampliar el acceso a los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos para permitir que se cubran las actividades relacionadas con la clausura nuclear cumpliendo estas condiciones;
  • que los programas europeos de ayuda a la clausura nuclear financien únicamente el coste del personal que trabaje exclusivamente en actividades relacionadas con la clausura;
  • colaborar con los Estados miembros para que los costes futuros ligados a la clausura nuclear y el almacenamiento definitivo del combustible gastado se contabilicen debidamente y de forma transparente;
  • estudiar junto a los Estados miembros las opciones disponibles para la eliminación definitiva del combustible gastado y los residuos de actividad alta, incluida toda solución regional y a escala de la UE;
  • seguir mejorando la gestión de proyectos a fin de disponer de las infraestructuras necesarias para la gestión de los residuos y el combustible gastado en la fecha prevista, y aumentar su propia capacidad técnica con el objetivo de lograr un mejor equilibrio entre las competencias especializadas externas e internas;
  • mejorar el intercambio de buenas prácticas y conocimientos técnicos, tanto entre ellos como con el conjunto de la comunidad para la clausura nuclear dentro y fuera de la UE;
  • establecer unas previsiones de los costes y unos planes de financiación más completos para el almacenamiento del combustible gastado y los residuos radiactivos;
  • reconocer su propio papel a la hora de garantizar el respeto del principio de «quien contamina paga» y estar preparados para usar fondos nacionales para cubrir los gastos de clausura y el coste de la eliminación definitiva, tanto en el período de financiación actual como en los posteriores. Cuando Lituania, Bulgaria y Eslovaquia eran países candidatos para adherirse a la Unión Europea, se estableció como condición para su adhesión el cierre y la posterior clausura de ocho reactores nucleares soviéticos de primera generación situados en tres centrales nucleares: Ignalina (Lituania), Kozloduy (Bulgaria) y Bohunice (Eslovaquia).

El cierre y la posterior clausura de estos reactores nucleares antes del final de su vida de diseño representaban una carga financiera y económica significativa. Por tanto, la UE acordó proporcionarles ayuda financiera a partir de 1999. En 2020 la ayuda de la UE habrá sumado un total de 2.955millones de euros para la clausura nuclear, de los que Lituania habrá recibido la mayor parte (1 533 millones de euros), seguida de Bulgaria (731 millones de euros) y, en último lugar, Eslovaquia (671 millones de euros). Asimismo, en el período comprendido hasta 2013 se dispuso de 890 millones de euros para los proyectos destinados a mitigar algunos de los efectos de la pérdida de capacidad nacional de producción de energía debida al cierre temprano.

Noticias relacionadas

No hay comentarios

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios

Este sitio web está protegido por reCAPTCHA y la Política de privacidad y Términos de servicio de Google aplican.