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Cuando nos pidieron que escribiésemos este artículo nos preguntaron qué nos parecía la nueva serie de HBO a los ingenieros nucleares y la respuesta fue de lo más sencilla: la hemos disfrutado mucho, como todo el mundo, porque es magnífica. Tras esta obviedad vino la siguiente cuestión: “y a nivel técnico… ¿es verdad lo que cuenta la serie?”

Probablemente sea esto lo que pueda interesar a los lectores incautos: ¿explica la serie todo lo necesario para entender el peor accidente de la historia de la industria nuclear?

Desde luego, no vamos a intentar explicar cada detalle de los muy recomendables cinco capítulos de la serie, ni analizaremos las licencias que el guion se permite para lograr componer un relato adictivo y sobrecogedor a partes iguales.

En Jóvenes Nucleares tenemos más de diez años de experiencia explicando, en todos y cada uno de nuestros cursos básicos de ciencia y tecnología nuclear, el accidente de Chernóbil, así que la mejor manera que hemos encontrado para evaluar la credibilidad técnica de la serie es saber si responde o no a las cinco cuestiones que nosotros consideramos imprescindible exponer en nuestras charlas.

  1. El reactor RBMK, un diseño intrínsecamente inseguro

Cuando explicamos por qué un accidente como el de Chernóbil no podría ocurrir nunca en una central nuclear española, el argumento básico, a partir del que desarrollamos toda la ponencia, es el concepto de reacción en cadena controlada en el interior del reactor, es decir, la capacidad de los operadores de la central de medir y regular instantáneamente la cantidad de energía liberada en el núcleo, a partir de la cual, en un ciclo térmico convencional, se genera la electricidad. También explicamos cómo se previenen las potenciales consecuencias de un supuesto accidente nuclear mediante un conjunto de sistemas y barreras, como el propio edificio de contención del reactor.

Sin embargo, tras haber visto Chernobyl, no puedo dejar de pensar que, si algún día tuviese cinco horas para explicar todo lo que sucedió en el interior del reactor 4 de la central aquella noche, no sería capaz de hacerlo tan bien como lo hace la serie. Desde una conversación casi banal en un helicóptero en el primer capítulo hasta el juicio del último episodio, el guion teje una ponencia sutil y brillante sobre tecnología y seguridad nuclear que permite a cualquier espectador entender, en el momento álgido del cuarto capítulo, por qué el diseño del reactor RBMK era inadecuado e inseguro, así como lo era la propia central al carecer de contención.

  1. El peor experimento jamás realizado

“Quiero que piensen en Yuri Gagarin…”

Uno de los mayores aciertos del guion de Chernobyl es dejar claro no sólo que el reactor RBMK tenía un diseño inadecuado, sino que los tecnólogos rusos eran conscientes de ello.

Y de entre los múltiples fallos del diseño de la central, la serie decide destacar la necesidad de la prueba de seguridad que debía realizarse el día anterior al accidente para profundizar en la cadena de errores (grandes y mayores) que desembocó en el desastre: presiones políticas que obligaron a mantener el reactor en una situación no deseada, el retraso en la prueba que dejó la central en mano de operadores inexpertos, la desconexión de equipos y salvaguardias de seguridad para poder realizar el experimento y, finalmente, el factor humano.

Fuera de la Unión Soviética, bajo la supervisión del Organismo Internacional de la Energía Atómica, cualquiera de esas acciones hubiese llevado, por sí sola, a detener inmediatamente la operación de la central hasta llevarla a una situación de parada segura.

  1. Voces de Chernóbil

A partir de algunas de las historias recogidas en el libro de Svetlana Aleksiévic, exagerando los efectos de la radiación en la salud de las personas (aunque se disculpa, puesto que se entiende que es una dramatización de los hechos) pero sin abrumar al espectador con más terminología científica que la estrictamente necesaria, Chernobyl refleja en sus escenas más crudas y duras las consecuencias de la catástrofe.

Centrándose en el epicentro geográfico y temporal del accidente, la serie resalta las consecuencias que tuvo el accidente para las personas que residían en el territorio cercano a la central y recibieron dosis muy elevadas a corto plazo, dejando para unas pocas líneas al final el verdadero impacto en territorios más alejados y en el largo plazo.

Sin embargo, independientemente de la decisión de centrarse en unas u otras consecuencias, el mensaje que sí transmite la serie con gran acierto es que las consecuencias radiológicas del accidente derivan directamente de la inexistente gestión de la catástrofe.

Un ejemplo: según el informe de 2008 del Comité Científico de Naciones Unidas sobre los Efectos de la Radiación Atómica (UNSCEAR), la inmensa mayoría de los 6000 casos de cáncer de tiroides diagnosticados a consecuencia del accidente se atribuyen directamente a la ingesta de iodo radiactivo. Es decir, la inmensa mayoría de los 6000 casos de cáncer de tiroides diagnosticados a consecuencia del accidente se hubieran evitado si el gobierno soviético hubiese repartido pastillas de iodo no radiactivo entre la población, como bien se explica en la serie.

  1. El enemigo estaba en casa

“La versión oficial es que un accidente nuclear no puede ocurrir en la Unión Soviética”

En palabras de Johan Renck, director de la serie, “la lección que nos ofrece Chernobyl es que la energía nuclear no es peligrosa. Lo peligroso son las mentiras, la arrogancia y la supresión de la crítica.”

Tras el final de Juego de Tronos, los millones de espectadores huérfanos de un villano al que odiar han encontrado en los cinco capítulos de Chernobyl al peor enemigo imaginable: la Unión Soviética, un régimen poderoso, temible e imbatible.

A través de la incomprensión, la negación, la ira o la prepotencia de varios personajes, la serie detalla cómo la desastrosa, cuando no inexistente, gestión de la emergencia por parte del gobierno agravó las consecuencias del accidente y condena al régimen soviético en calidad de cómplice necesario en la catástrofe humana.

  1. El precio de la guerra

“¿Por qué tenemos este tipo de reactores? … Porque son baratos”

Llegados a este punto, cuando no hemos parado de alabar la fidelidad y el realismo de la serie con los hechos y circunstancias que condujeron al accidente, encontramos en mitad del último episodio el primer (y prácticamente único) error en el guión: Chernobyl no fue una cuestión de dinero, sino de su contexto.

El contexto histórico es el conjunto de circunstancias e incidencias que rodean a un suceso y que, de alguna manera, influyen en el hecho cuando sucede. En el caso de Chernobyl, aunque la serie acerca al espectador al ambiente de la Guerra Fría, el guion de Craig Mazin ignora completamente la carrera armamentística nuclear.

Es imposible que un espectador comprenda cómo un reactor inseguro pudo llegar a ser licenciado, con errores de diseño intrínsecos, sin saber que fue desarrollado de manera conjunta por el Instituto Soviético de Energía Atómica y el Ministerio de Defensa de la URSS. Tampoco podrá el espectador entender por qué se construyeron varios reactores de estos reactores si no conoce que el objetivo fundamental del reactor RBMK no era la generación de electricidad, sino la obtención de Plutonio para fabricar armas nucleares, motivo por el que el reactor no disponía de un edificio de contención al uso que pudiese estorbar el acceso al material físil.

Por tanto, desde mi punto de vista como aficionado, Chernobyl es una serie magnífica que nunca dejaré de recomendar, pero como ingeniero nuclear, debo decir no explica todo lo necesario para entender el peor accidente de la historia de la industria nuclear.

La serie acierta en casi todo lo que se propone y compone un gran relato, pero tras verla, el espectador no tendrá clara la conclusión más importante: que la central nuclear de Chernóbil, diseñada y operada para poder fabricar armas nucleares, no representa en absoluto a las aplicaciones civiles y pacíficas de la tecnología nuclear y que, por ser una instalación militar, jamás debió haber entrado en operación.

El autor es Pablo García García, presidente de Jóvenes Nucleares, con ayuda de otros compañeros ingenieros.

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7 comentarios

  • Pedro

    Pedro

    29/08/2019

    La central NO se usó para fabricar plutonio:
    http://lapizarradeyuri.blogspot.com/2010/05/mitos-de-chernobyl.html
  • Pedrito

    Pedrito

    29/08/2019

    Una cosa es que no se usara y otra que su diseño permitía ser usado para fabricar plutonio.

    Echa un vistazo a la wiki que el del blog la ha cagado.

    El RBMK fue la culminación del programa soviético para fabricar reactores refrigerados por agua, basados en sus reactores de producción de plutonio moderado por grafito. El primero de ellos, AM-1 (de Átom Mirny, que en ruso significa "átomo pacífico") se diseñó para producir 5 MW eléctricos (30 MW térmicos) y proporcionó energía a Óbninsk de 1954 a 1959. A pesar de su nombre, los reactores de la serie AM estaban diseñados para que pudieran producir plutonio tanto para armas como para energía.
  • Manoni

    Manoni

    29/08/2019

    ¡Qué gran alivio que un accidente como el de Chernóbil no pueda suceder en España!
    Lástima que uno como el de Fukushima sí que podía haber sucedido, suerte que Garoña ya no está operativa: https://elpais.com/diario/2011/03/13/internacional/1299970807_850215.html
    Va a ser que la energía nuclear es la que es intrínsecamente insegura.
  • Juanjo

    Juanjo

    30/08/2019

    En la serie recuerdo que si comentaron que era también para fines militares, para producir armas atómicas
  • Gonzalo

    Gonzalo

    30/08/2019

    Me hubiese gustado que también se hubiese indicado la verdadera escala del accidente en términos de muertes, pues como indica un comunicado de la OMS al 2005 eran menos de 50 muertes totales ( https://www.who.int/mediacentre/news/releases/2005/pr38/es/ ).
    Todo este tiempo se ha demonizado a las centrales nucleares, pero casi nadie hablaba sino hasta hace muy poco, de las millones de muertes cada año a consecuencia del uso de combustibles fósiles, que seguimos usando desaforadamente.
    Realmente pienso que sí bien la energía nuclear es riesgosa, bien gestionada sería un mal menor, y definitivamente mejor que seguir quemando petróleo y gas. Se nota que corre dinero para nublar la realidad.
    Buen artículo, pero faltó esa arista.
  • Miguel

    Miguel

    03/09/2019

    A pesar de que los reactores son iguales, El accidente de Fukusima fue provocado por la inundación de un tsunami. No sé hasta qué punto puede ocurrir un tsunami en Garoña.

    La central de Fukusima en el momento del accidente estaba parada. Solo tenía activadas las bombas de refrigeración. El terremoto y/o tsunami dejó sin electricidad a Japón y a la central. Para seguir refrigerando, se arrancaron los generadores de emergencia. El problema vino porque el tsunami inundó los generadores y al no poder refrigerar, los gases internos de la central hicieron que reventara.

    Aunque parezca ridículo, Fukusima reventó porque los generadores auxiliares estaban en una zona inundable en un país con tsunamis.
  • Carlos

    Carlos

    01/12/2019

    Gonzalo, el tema de la contaminación ambiental es controversial, el accidente de Chernobyl, las bombas nucleares por ejemplo causan más problemas que el combustible fósil. Pensastes en el nivel de producción de los grandes países desarrollados, China no contamina nada de la manera en cómo produce? Y la última, cuánto tiene que contaminar una Central de Energía Eléctrica para generar electricidad? Todo ese combustible que usa la misma, cuando ya no sirve no contamina nada?

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