Eléctricas

China pierde grandes sumas de dinero por invertir en el sector eléctrico de otros países

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China no está viviendo la mejor etapa económica de su larga historia. Al menos en el sector energético. Las empresas chinas de infraestructuras han tenido que volver a su país con las orejas _'gachas' _tras recibir el varapalo de suculentos proyectos fallidos en Reino Unido y Australia.

Uno de ellos es la carísima central nuclear de Hinkley Point. La firma China General Nuclear (CGN), socia de la francesa EDF en este ambicioso proyecto en Reino Unido, ha visto como se le iba de las manos un pingüe negocio en tierras británicas. El nuevo Ejecutivo, bajo el control de la recién primera ministra Theresa May, ha decidido revisar y posponer la aprobación de ese plan.

El reactor Hinkley Point, en el que la china CGN aportaría un 33% de la inversión, costaría unos 18.000 millones de libras (21.000 millones de euros), y sería capaz de producir un 7% de la energía necesaria para el Reino Unido. La central proporcionaría energía nuclear a un precio de 92,5 libras MWh, muy por encima del precio al por mayor actual de la  electricidad en el Reino Unido**, que es de 45 libras MWh.**

El otro es la compra de AusGrid, la compañía eléctrica estatal de Australia, que posee, mantiene y opera las redes de distribución eléctrica a 1,6 millones de clientes, entre ellos las Administraciones Públicas y la Defensa del país. El Gobierno de Australia ha bloqueado su cesión a China por razones de “seguridad nacional”.

La operación contemplaba **una cesión durante 99 años **y rondaría los 10.000 millones de dólares australianos (6.918 millones de euros), según “Bloomberg”.

Ausgrid proporciona servicios críticos de energía y comunicaciones al Gobierno y las empresas”, señaló el secretario del Tesoro, Scott Morrison, para explicar el veto, según la emisora de radio ABC. Los compradores rechazados, la estatal china State Grid Corp y la honkonguense Cheung Kong Infraestructure Holdings, del magnate Li Ka-shing, disponen de siete días para recurrir antes de que la decisión sea definitiva.

En total, estas empresas chinas han visto como se tiraban por la borda por lo menos 15 millones de dólares en ambos proyectos.

"A medida que la política internacional y comercial de China es más activa, hay una tendencia a que los países aumenten su nivel de exigencia para conocer los antecedentes de las inversiones de estas empresas chinas", ha explicado Tao Jingzhou, socio gerente de Dechert LLP en Pekín. "Hay un claro cambio de actitud."

Las empresas chinas se encuentran en medio de una ola de gastos realizados en el extranjero porque, en estos últimos ocho años, han estado comprando empresas de servicios públicos de otros países a un ritmo vertiginoso, según datos compilados por Bloomberg. Y ahora, los gobiernos se están volviendo recelosos a la hora de darles acceso a sectores críticos de sus naciones, como es el caso del sector eléctrico.

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