La expansión del mercado chino es imparable y aunque los últimos datos de exportaciones de eléctricos hayan retrocedido ligeramente, la realidad es que las marcas provenientes del gigante asiático están poniendo en jaque a industrias consolidadas y centenarias como la europea o la norteamericana. De ahí que se hayan tomado medidas de contención como los propios aranceles, más aún cuando marcas como BYD han crecido de manera exponencial en un periodo tan corto de tiempo.
Pero esta es solo la punta del iceberg ya que su industria automotriz es enorme, tanto que a veces es imposible trazar un diagrama claro al entremezclar empresas privadas con otras de corte estatal que compiten de manera voraz por tener un trozo de pastel rentable hasta aglutinar una cuenta que supera con creces el centenar de fabricantes. Quizá por ello el gobierno chino haya empezado a pensar en un enfoque más eficiente.
Compatriotas pero enemigos
El objetivo es consolidar a los que en realidad son sus principales fabricantes estatales para reducir la redundancia y acelerar la transición del país hacia los vehículos eléctricos, aumentando al mismo tiempo la eficacia empresarial. Así lo dejó entrever recientemente en Pekín el vicepresidente de la Comisión de Supervisión y Administración de Activos del Consejo de Estado, quien instó a los fabricantes de automóviles a reestructurar y realinear sus operaciones. De esta forma, al aunar recursos de desarrollo y fabricación, es más sencillo crear empresas más competitivas que puedan hacer frente a las compañías privadas.
Tanto es así que hace menos de un mes el South China Morning Post informó que el gobierno estaba considerando fusionar Dongfeng y Changan, ambas bajo el paraguas del estado, bajo un único holding. De concretarse, la nueva entidad podría superar a BYD y convertirse en el mayor fabricante de vehículos eléctricos de China, provocando un significativo en el panorama automotriz.
Y es que durante el año pasado, Dongfeng consiguió comercializar 2,48 millones de vehículos, mientras que Changan hizo lo propio aumentando la cifra a 2,68 millones. En caso de llevar a cabo su fusión, ambos podrían estar en valores cercanos a los 6 millones de unidades durante el 2025 que ya les pondrían más en órbita de los objetivos marcados (circunstancia que no lograron a finales de año) superando el ritmo impuesto por la propia BYD que en 2024 vendió nada menos que 4,27 millones.
Con todo, el gobierno chino bien podría considerar esta consolidación como una forma de reducir la competencia interna y mejorar la posición del sector para el éxito a largo plazo. El último escollo que quedaría por resolver sería el de las alianzas estratégicas que poseen ambas, pues mientras que Dongfeng trabaja en unión con Nissan, Honda, Peugeot y Citroën, Changan colabora con Ford y Mazda. Ahora bien, lejos de complicar cualquier tipo de fusión, pueden igualmente repuntar su valor estratégico en el mercado.
galan
09/04/2025