Choque entre trabajadores y Vestas en Cádiz: denuncian "pésimas" condiciones laborales y pérdida de contratos

La tensión entre la plantilla de Vestas Cádiz y la dirección de la multinacional danesa ha aumentado en las últimas semanas tras una serie de denuncias de trabajadores que aseguran sufrir un deterioro progresivo en sus condiciones laborales y una merma de la actividad en la provincia.

Según los testimonios recogidos por El Periódico de la Energía, los empleados critican un convenio colectivo “malo” e impuesto, sin margen para la negociación a nivel local, y denuncian que la conciliación laboral y familiar es “un chiste”. A ello suman la aplicación “sesgada” del convenio, la creciente subcontratación de tareas antes realizadas por personal propio y la reducción de plantilla, con una carga de trabajo que consideran "inasumible".

Uno de los puntos más controvertidos es la gestión de la seguridad laboral. Los empleados aseguran que existen deficiencias en los protocolos. También denuncian que la compañía recurre siempre a la sanción máxima —el despido— en casos de incidentes o conflictos internos, llegando a intentar ceses por motivos “mínimos”, como mensajes de WhatsApp.

Varios trabajadores señalan que dos compañeros fueron despedidos bajo causas de seguridad “falsas” y que un delegado de personal, que sufrió graves quemaduras en un accidente, fue posteriormente despedido, pese a que —según los denunciantes— la empresa sería responsable de las deficiencias que lo ocasionaron.

Además, critican que los técnicos trabajan 16 a 18 fines de semana al año, una práctica que no ocurría antes, lo que incrementa la presión sobre una plantilla que, aseguran, ya está mermada.

Contratos de mantenimiento

Los trabajadores también denuncian la pérdida de contratos de mantenimiento con empresas como Naturgy y Enel, entre otras, y temen que se produzca una progresiva reducción de la presencia de Vestas en Cádiz. Según su percepción, la estrategia de la compañía pasaría por sustituir personal propio por subcontratas, sin necesidad de aplicar expedientes de regulación de empleo (ERE).

Ante esta situación, la plantilla estudia la convocatoria de una huelga general, que comenzaría con paros parciales de cuatro horas y podría escalar hasta un paro total si no se logran cambios.

Respuesta a las acusaciones

Consultada por este medio, la compañía rechaza las acusaciones y defiende que el convenio colectivo fue negociado con todos los agentes sociales y aprobado en asamblea por mayoría de trabajadores. Vestas sostiene que el texto incluye mejoras salariales y sociales respecto al convenio anterior, así como incrementos superiores a los del convenio provincial, cuya vigencia se extiende hasta 2031.

En cuanto a la plantilla, la empresa asegura que actualmente mantiene 51 trabajadores en Cádiz, con dos posiciones abiertas. Reconoce que existen subcontratas, como ocurre en otras industrias, pero defiende que realizan funciones distintas a las de los empleados propios.

Sobre la pérdida de contratos, Vestas explica que los trabajadores afectados han sido reubicados en otros proyectos y subraya que, a nivel nacional, la tendencia de empleo es “creciente” gracias a la entrada de nuevos pedidos y renovaciones de parques. Actualmente, la multinacional cuenta con más de 2.000 empleados en España, incluyendo técnicos de mantenimiento, la fábrica de Daimiel y la sede central en Madrid.

En relación con la seguridad, la empresa recalca que esta es su “prioridad número uno” y que invierte recursos en materiales, formación y políticas estrictas de seguimiento. “En ningún caso se ha culpado a los técnicos de las incidencias”, añade. Asimismo, sostiene que el trabajo en fines de semana se compensa con descansos y retribución adicional, “sin que suponga una jornada superior a la pactada”.