El sector de la aviación en España tiene la vista puesta en reducir su huella de CO2 para cumplir con los Acuerdos de París. Pero para lograrlo la única solución real que ahora observa la industria es sustituir el combustible de queroseno por el combustible sostenible (SAF).
“La emergencia climática pide actuar lo más rápido posible y para conseguirlo en el corto plazo el SAF es la respuesta: con el uso de este tipo de combustible en los aviones podemos conseguir un ahorro del 53% de las emisiones sin cambiar la estructura de la aviación”, explicó Marga de Rosello, socia de Sostenibilidad y Cambio Climático en PwC.
Representantes de la industria aérea española expusieron en un Foro celebrado en EAE Business School Barcelona las vías que el sector está utilizando actualmente para llevar a cabo la transición verde que les permita llegar a los objetivos de cero emisiones netas en 2050 establecido por IATA.
Los combustibles sostenibles
“Tenemos un reto enorme: pero la solución para descarbonizar este sector existe y hay una hoja de ruta clara que es el uso de SAF. Se trata de una alternativa que no requiere hacer cambios en las aeronaves pero cuesta hasta 5 veces más que el combustible normal, por lo que se necesita incentivarla”, señaló Sandra Hors, directora de Comunicación y Sostenibilidad en Vueling. “Nosotros cada día suministramos SAF en el aeropuerto del Prat. Tenemos que verlo como un reto de país: podríamos ser un país exportador”, añadió Hors.
La aviación lleva años haciendo esfuerzos por incrementar la eficiencia energética: entre el año 2005 y 2017 se redujo el consumo de combustible por pasajero a nivel global un 24%, pero a pesar del esfuerzo realizado, no se logró aminorar el impacto debido a que, en el mismo período, los pasajeros pasaron a volar un 60% más, según se desprende del informe “Transporte aéreo y sostenibilidad”, publicado por EAE Business School y presentado ayer en el Foro por su autor, el profesor de la escuela de negocios Romà Andreu.
“A nivel global el sector aéreo representa el 3% de las emisiones. La colaboración de todos los actores es esencial y el sector está totalmente comprometido con reducir emisiones y alcanzar los acuerdos de París”, apuntó Carolina Herrero, directora de Comunicación y Relaciones Institucionales de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA). “El SAF es primordial y es necesaria una estrategia nacional a gran escala para favorecerla. No nos ayuda que se penalice a las aerolíneas con impuestos por las emisiones: la vía es incentivar la producción de combustible sostenibles, como ocurre en EEUU, no penalizar”, comentó Herrero, que también aprovechó para recordar que esta misma semana entidades españolas han presentado la Alianza para la sostenibilidad del Transporte Aéreo (AST) con el objetivo de descarbonizar el sector.
Las opciones
La industria también está trabajando en otras soluciones a más largo plazo que requieren de más inversión en nuevas tecnologías, como el desarrollo del hidrógeno verde, la mejora en la tecnología aeronáutica con nuevos modelos de Airbus o mejoras operativas como el descenso y el ascenso optimizado. “Conseguimos reducir las emisiones haciendo que las aeronaves se muevan de forma más eficiente, acortando distancias, haciendo vuelos más rectos y buscando eficiencia vertical y horizontal de los aviones”, explicó Gemma Haro López, Jefa de División de Medioambiente de ENAIRE. “En este sentido, la implementación del Cielo Único Europeo nos permitirá mejorar todavía más los procesos y reducir emisiones”, añadió la directiva de ENAIRE.
El informe “Transporte aéreo y sostenibilidad” de EAE Business School presentado ayer refleja como tres de cada cuatro españoles elige compañías low cost para viajar en avión durante sus vacaciones. Algunas low cost españolas como Volotea o Vueling llevan ya tiempo ofreciendo a sus clientes pagar un coste extra para financiar los combustibles sostenibles en el precio de su billete.
Sin embargo, esta opción no tiene todavía mucho éxito entre los usuarios. “Hay que tener en cuenta que el cliente de este tipo de compañías mira mucho el precio y este último año las tarifas han subido una media de un 12% dependiendo de las rutas debido al crecimiento de tasas y regulaciones. Aún así, la demanda está más alta que nunca”, apuntó Gloria Carreras, directora de ESG de Volotea.
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