La transición energética avanza con paso firme en España e impulsa una integración cada vez mayor de energías renovables en nuestro sistema eléctrico. Este cambio, imprescindible para alcanzar los objetivos climáticos y de sostenibilidad, plantea nuevos retos técnicos para la estabilidad y seguridad de la red, especialmente en regiones con alta penetración renovable y limitada generación síncrona.
Uno de los desafíos más críticos es la reducción de la inercia del sistema. La inercia, proporcionada tradicionalmente por grandes centrales convencionales, es esencial para amortiguar perturbaciones y dar al operador del sistema los segundos vitales para reaccionar ante emergencias. El déficit de inercia puede aumentar el riesgo de caídas de frecuencia y apagones, como el ocurrido el pasado 28 de abril.
En este contexto, los compensadores síncronos emergen como una de las soluciones tecnológicas más eficaces y versátiles para garantizar la estabilidad de la red en la nueva era renovable. Un compensador síncrono es una máquina eléctrica rotativa, muy similar en su construcción a los generadores de las centrales eléctricas convencionales. Sin embargo, a diferencia de estos, el compensador no está conectado a una fuente de energía primaria (como vapor, agua o gas) y no produce electricidad para el consumo. Su función principal es girar libremente conectado a la red con el propósito de aportar servicios esenciales para la calidad y estabilidad del sistema eléctrico.
Qué son y cómo funcionan
El gran rotor del compensador síncrono almacena energía cinética mientras gira. En caso de una perturbación en la red, como una caída repentina de generación, esta energía se libera instantáneamente para mantener la frecuencia y dar tiempo al operador del sistema a activar otras respuestas. Esta capacidad de respuesta inmediata es fundamental en redes con alta penetración renovable, donde la inercia natural es mucho menor que en los sistemas tradicionales.
El compensador puede absorber o suministrar potencia reactiva a la red para estabilizar la tensión y evitar fluctuaciones que podrían dañar equipos o provocar desconexiones. Este control fino es especialmente valioso en zonas donde la generación renovable es variable y la red puede estar sometida a cambios bruscos de carga o producción.
Además de inercia y control de tensión, los compensadores síncronos incrementan la potencia de cortocircuito disponible en la red. Esto significa que, en caso de fallos o cortocircuitos, la red puede soportar mejor el impacto y los sistemas de protección pueden actuar de forma más eficaz.
La presencia de compensadores también proporciona control de tensión y soporte de reactiva con el objetivo de reforzar la red de transporte en áreas clave para la transición energética. Desde el punto de vista de la inercia, esta es la solución más robusta y estructural disponible, solo comparable a mantener en funcionamiento centrales térmicas en vacío, una opción poco eficiente y no concebida para el largo plazo.
Tecnología madura
La tecnología de los compensadores síncronos es madura y ha sido empleada durante décadas, especialmente en sistemas eléctricos insulares o aislados, donde la robustez y la estabilidad de la red son críticas. Su despliegue en redes continentales, en el contexto actual de transición energética, representa una evolución lógica y necesaria para acompañar el crecimiento de las renovables.
La instalación de compensadores síncronos no convierte a las plantas renovables en generadoras síncronas, pero sí dota a la red de una reserva de inercia y capacidad de respuesta comparable a la de centrales convencionales, pero sin emisiones asociadas. Así, se reduce el riesgo de inestabilidad y se refuerza la red en nodos estratégicos para permitir una transición energética segura y eficiente.
El despliegue de esta tecnología permite reducir el riesgo de inestabilidad por falta de inercia y refuerza la resiliencia del sistema frente a contingencias futuras con la intención de facilitar una mayor integración de renovables sin comprometer la seguridad del suministro.
En definitiva, los compensadores síncronos son mucho más que un complemento técnico: son el puente que permite avanzar hacia un sistema eléctrico 100% renovable sin sacrificar la seguridad ni la calidad del suministro. Su integración en los nuevos desarrollos eólicos y solares es una garantía para que la transición energética sea no solo sostenible, sino también fiable y resiliente.
Solo así podremos garantizar un suministro estable, incluso en escenarios de alta penetración renovable, y consolidar el liderazgo de nuestro país en la integración de energías limpias.
Miguel Caparrós es CEO de DRIZA Green Partners
Miguel
28/05/2025