Imagina un planeta lleno de vida, donde todo parece prosperar, pero algo no encaja. Las ciudades brillan con la promesa de la tecnología avanzada, pero al mismo tiempo, el aire se calienta, los recursos se agotan, y la naturaleza comienza a gritar por ayuda. En este escenario, las decisiones que tomamos hoy definirán nuestro mañana.
A medida que las demandas de las personas aumentan, las soluciones que tenemos a nuestro alcance ya no son suficientes. El consumo desmedido de recursos y energía parece imparable, y el planeta, cansado, comienza a mostrar signos de agotamiento. Las ciudades, aunque modernas y tecnológicas, siguen funcionando de una manera que destruye los ecosistemas que las rodean por el exceso de uso de recursos. ¿Hasta cuándo podremos seguir así?
Todos los indicios señalan la necesidad de un cambio en nuestra forma de utilizar los recursos. 2024 fue el año más cálido jamás registrado, y todo apunta a que 2025 seguirá esa misma tendencia. Apenas empezado el año, ya leíamos que enero de 2025 fue el tercero más cálido del siglo XXI. El calentamiento global y sus efectos nos recuerdan que es momento de actuar, antes de que sea demasiado tarde.
La eficiencia energética es un pilar fundamental para el futuro
El Día Mundial de la Eficiencia Energética representa una gran oportunidad para reflexionar sobre la forma en que consumimos energía y poner en valor las soluciones que, como sociedad, podemos poner en práctica. En este contexto, el papel que desempeñan nuestras viviendas es, sin duda, un aspecto clave para tener en cuenta. Con el aumento de las temperaturas y la creciente frecuencia de las olas de calor, garantizar una adecuada eficiencia energética en los edificios se ha vuelto una prioridad desde los puntos de vista ambiental, social y económico. En este punto es donde las soluciones eficientes juegan un papel clave, permitiendo reducir las necesidades tanto de materiales como energéticas sin comprometer al planeta.
Las cifras son elocuentes: según el Barómetro de los Hogares 2024 de Saint-Gobain, el 68% de la población considera “muy” o “bastante” importante el uso de materiales sostenibles al adquirir o reformar su vivienda. Este dato refleja un cambio de paradigma en el sector de la construcción, donde las soluciones de aislamiento no solo mejoran la comodidad, sino que se perciben como una medida crucial para reducir la huella de carbono del parque edificado. De hecho, 1 de cada 3 personas considera los sistemas de aislamiento como la principal mejora sostenible que se puede aplicar a un edificio.
Edificaciones eficientes para un futuro más verde
El sector de la edificación se convierte en un actor clave como parte de la solución del problema para alcanzar la neutralidad climática marcada por la comisión europea para el año 2050 ya que la mayoría de los edificios en 2050 ya existen en la actualidad. De hecho, en Europa más del 94% de los edificios actuales seguirán en pie en 2050, debido a que la tasa de demolición de estos es muy baja. La mayoría de estos edificios son antiguos e ineficientes energéticamente, con más de la mitad de ellos en las tres clases de energía más bajas (E, F y G). Además, los edificios construidos en el pasado fueron diseñados para unas condiciones de vida totalmente diferentes a las de hoy (digitalización, envejecimiento de la población, etc).
Además, es clave para el bienestar de las personas, y no solo de forma directa. Si los edificios fueran de clase energética A -la clase energética más alta- la reducción en el pago de la factura permitirá evitar recortes o invertir en nuevas líneas estratégicas como estado, cuando nuestra balanza de pagos no se encuentre desequilibrada por nuestra fuerte dependencia energética del exterior. Necesitamos un parque eficiente e independiente de los combustibles fósiles para protegernos no solo a nosotros sino también a nuestro estado del bienestar.
Desde Saint-Gobain impulsamos soluciones innovadoras que combinan eficiencia térmica y sostenibilidad, apostando por materiales reciclados y sistemas eficientes. Estas soluciones contribuyen a la reducción del consumo energético en los hogares al mismo tiempo que disminuyen las emisiones de CO₂ asociadas a la climatización de los edificios. Materiales como lana de vidrio Isover - fabricada con hasta un 60% de vidrio reciclado-, lana de roca Isover - compuesta por materiales naturales como basalto y escoria-, los morteros de Weber de la gama futuRE que integran un alto porcentaje de contenido en materiales reciclados y reducen un 15% la huella de carbono embebida, el vidrio ORAÉ® -que incorpora un sustrato que reduce la huella de carbono en un 25%-, o la placa de yeso Placo® - fabricada con un 28% de contenido reciclado y 100% reciclable- han demostrado ser altamente eficaces y sostenibles, impulsando la economía circular en el sector de la construcción.
La sostenibilidad ya no es una opción, sino una necesidad urgente. Frente a los efectos del cambio climático, debemos adoptar soluciones constructivas que favorezcan el ahorro energético, el uso de materiales reciclados y la transición hacia una economía circular. Estas son las claves para mitigar el calentamiento global y avanzar hacia un futuro más verde y justo para todos.
Nicolás Bermejo es director técnico de Sostenibilidad de Saint-Gobain Solutions.
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