La economía china se ha enfrentado a diversos vientos en contra por inundaciones, brotes de Covid y racionamiento de energía en el segundo semestre de 2021, lo que se traducirá en una desaceleración económica más pronunciada de lo esperado para el tercer trimestre, dice Wood Mackenzie.
El economista principal de Wood Mackenzie, Yanting Zhou, dijo: “Prevemos que el crecimiento interanual del PIB se desacelerará aún más al 4% en el cuarto trimestre desde el 4,9% del tercer trimestre. Además, el crecimiento para 2022 se ralentizará al 5,4% desde el 8,1% de este año.
"La interrupción de la actividad económica, incluido el endurecimiento de los controles de contaminación antes de los Juegos Olímpicos de Invierno, los cierres recurrentes de Covid y la presión de la política de controles dobles, contribuirán a un crecimiento lento durante el próximo año".
El gobierno chino ha reforzado las medidas para controlar la contaminación del aire antes de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno en febrero y marzo del próximo año. Wood Mackenzie espera que la actividad económica en Beijing, Tianjin, Hebei, Henan, Shanxi y Shandong se vea afectada antes y durante los Juegos Olímpicos de Invierno. Estas provincias representaron el 23% del PIB chino en 2020.
Las tasas de utilización de los sectores industriales intensivos en contaminación, como el acero, la alúmina, el vidrio, el cemento, la coquización y los revestimientos, podrían descender. El tráfico por carretera también podría verse afectado, lo que a su vez conduciría a una menor demanda de mineral de hierro, carbón coquizable, gasolina y diésel durante el período.
Es probable que la tolerancia cero de China hacia los casos de Covid continúe al menos hasta el segundo semestre de 2022. La movilidad se ha visto afectada directamente, con el tráfico aéreo nacional reducido a la mitad durante los resurgimientos generalizados en agosto, octubre y noviembre en comparación con los meses sin brotes. El tráfico de carreteras entre ciudades también se redujo durante estos períodos. Mientras tanto, las nuevas oleadas de Covid también ralentizaron la recuperación del consumo chino.
A corto plazo, China se enfrenta a mayores restricciones a medida que surgen nuevos casos. Más importante aún, enfrenta un riesgo a la baja más allá de 2022 si mantiene su política de tolerancia cero. Además, la competitividad del país en los mercados mundiales está en juego, ya que se reduce en la inversión y el comercio mundiales.
El sistema de doble control chino, que respalda el objetivo del país de reducir su consumo de energía en un 13,5% y la intensidad de carbono del PIB en un 18% en 2025 en comparación con los niveles de 2020, como se detalla en el decimocuarto plan quinquenal, podría conducir a un mayor racionamiento de energía en los próximos meses. Si bien los esfuerzos para aumentar la producción de carbón han aliviado el racionamiento de energía desde octubre, la presión para cumplir con los objetivos de consumo e intensidad energética puede obligar a los gobiernos locales a ordenar el racionamiento de energía para los usuarios industriales hacia fines de los próximos trimestres.
Se espera que el sistema de control doble acelere el cambio estructural del sector industrial chino. En septiembre, la NDRC emitió 'El plan de mejora del sistema de control doble sobre consumo e intensidad energética', endureciendo la aprobación de proyectos que consuman más de 50 ktce. Además, no se brindará apoyo financiero a proyectos de alto consumo de energía y altas emisiones. Como resultado, la inversión en sectores intensivos en energía podría reducirse.
Aun así, el sistema de control doble sigue siendo una herramienta política esencial para garantizar que China cumpla con sus objetivos de emisiones de carbono para 2030 y, en última instancia, cero neto para 2060.
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