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Descentralización, energía distribuida, tecnología digital y mayor poder del consumidor, así será el sector eléctrico del futuro

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Las últimas tendencias en tecnología y servicios para el sector eléctrico son ya muy evidentes. Cada vez más, los congresos y ferias del sector demuestran  que el énfasis está puesto en los servicios para el cliente final, combinando recursos energéticos distribuidos, flexibilidad, tecnologías digitales y compromiso con el cliente. De hecho, estos últimos ya no son solo compradores de tecnología.

Eso es lo que confirma el último estudio realizado por Bloomberg NEF. Casi todas las grandes eléctricas europeas tienen un enfoque estratégico en los clientes y tienen la intención de aumentar sus ofertas en 'energía descentralizada', donde se incluye generación y almacenamiento a pequeña escala, carga de vehículos eléctricos, respuesta a la demanda y gestión digital de la energía.

En los últimos tres años hasta 2017 no hay más que ver cuáles han sido los programas de innovación de las grandes eléctricas. Las principales empresas estadounidenses y europeas hicieron 106 inversiones de capital de riesgo en nuevas empresas, y el 80% de estas transacciones se relacionaron con servicios de energía descentralizados. Europa está muy a la cabeza: siete de los 10 inversores más activos fueron empresas europeas.

Las razones inmediatas para este cambio son claras: los cambios que se están produciendo en los mercados mayoristas de energía, la creciente presión para diferenciarse en el mercado minorista y un creciente enfoque en la sostenibilidad que cada vez más valoran los clientes de sus empresas.

Y, por supuesto, existe el gran impulsor a largo plazo: la tecnología está cambiando fundamentalmente la naturaleza de la relación con el cliente. Según publica Bloomberg, en su último New Energy Outlook 2018 ya se predijo que un 20% de la demanda de energía de la Europa de 2050 vendrá de los vehículos eléctricos, que estos tendrán que ser cargados de forma flexible, y que el 11% de toda la energía se generará a partir de pequeñas producciones fotovoltaicas.

Esto equivale a 11 GW de fotovoltaica en azoteas que se van a ir instalando cada año hasta 2050. También han proyecto un total de 247 GW de almacenamiento basado en baterías, de los cuales el 19% lo tendrá el cliente final en su vivienda u centro de trabajo. Y sin mirar tan lejos, en 2030, la flexibilidad, sin coste, se convierte en la principal barrera para una mayor incorporación de las renovables. Todo esto es una enorme oportunidad para las eléctricas descentralizadas pero dentro de un mercado más amplio que no está creciendo.

No hay buenas noticias para aquellos que esperen un mayor crecimiento de la demanda. Según Bloomberg, en promedio apenas se incrementará un 0,2% por año hasta 2050.

Y mientras todo el sector ve las evidencias en ese cambio sin precedentes, es difícil encontrar una eléctrica que esté logrando la rentabilidad en el ámbito de la generación distribuida y de esa flexibilidad de la que habla el estudio, a día de hoy. Los mercados aún son pequeños, los incentivos no son tan favorables como lo fueron antes, la conciencia del consumidor todavía está en una etapa inicial y hay muchos actores compitiendo por la participación en el mercado, incluidas las compañías de energía no tradicionales.

Entonces, ¿cómo se puede ver la rentabilidad o la idoneidad de las inversiones que están haciendo? ¿A través de qué cristal tienen sentido estas inversiones? Según Albert Cheung, jefe de Análisis de Bloomberg NEF, existen tres hipótesis que quieren responder a esas preguntas:

1. Los servicios energéticos descentralizados serán un área comercial rentable en el futuro.

2. Es importante actuar temprano y obtener una posición sólida antes que los demás.

3. Las energéticas están bien posicionadas para ser líderes del mercado en esta área.

La primera es una hipótesis de mercado: esto es lo que tienes que creer sobre el mercado para hacerlo atractivo en primer lugar. Desafortunadamente, es casi imposible pronosticar la rentabilidad de un área comercial sobre un marco de tiempo a diez años vista, particularmente cuando los modelos de negocios todavía están surgiendo. Pero todos los signos apuntan a un crecimiento significativo en el área de la energía descentralizada, y los mercados en crecimiento generan valor para sus líderes del mercado, especialmente si se puede construir valor de marca y los servicios se pueden diseñar para ser 'fijos'. Por lo tanto, la mayoría de las empresas europeas han defendido esta hipótesis y es poco probable que la descarten en el corto plazo.

La segunda hipótesis es acerca de la urgencia, y se puede resumir en: "Será mejor que lo hagamos, o de lo contrario será demasiado tarde". Aquí hay más divergencia. Las eléctricas más ambiciosas están invirtiendo de manera agresiva en nuevas áreas comerciales, adquiriendo sistemas de gestión de la demanda y redes de recarga de vehículos eléctricos, desarrollando plataformas digitales de administración de energía, implementando programas domésticos conectados, y así sucesivamente. Sin embargo, hay otros que adoptan una actitud más cautelosa y prefieren dejarlo todo como está. Estas empresas pueden creer en la hipótesis uno, pero en realidad están esperando que el mercado despegue.

La última hipótesis es acerca de las competencias de las compañías energéticas. Ofrece una razón para creer que, a través de una transformación de la industria multidecadal, prevalecerán las compañías energéticas actuales. Esta no es una conclusión inevitable. Ya estamos viendo nuevos actores que podrían sacar provecho si participan en el sector, aportando sus propias competencias. Por ejemplo, los fabricantes de automóviles entienden mejor la industria de vehículos eléctricos; las nuevas empresas tienen la agilidad de desarrollar nuevos modelos comerciales; los comerciantes individuales están bien posicionados para llevar a cabo mejoras en el hogar, incluida la instalación de energía distribuida, y los gigantes tecnológicos como Amazon y Google pueden presentar ofertas de productos y alcanzar la escala más rápido que cualquier otra, y tienen un historial de interrupción de diversas industrias.

Sin embargo, las grandes eléctricas tienen varias ventajas importantes: "ya trabajan y conocen el terreno"; son marcas de confianza, o al menos, familiares; tienen el conocimiento técnico y de mercado; pueden aumentar sus capacidades digitales y acceden a grandes clientes (al menos en los mercados donde operan). Tienen historial en la entrega de proyectos complejos, y donde hay complejidad es un valor a la hora de influir en la toma de decisiones.

Todo puede pasar en un futuro tan cambiante, y las oportunidades están ahí para quien crea que las puede aprovechar y sobre todo tenga la seguridad de que ése es el camino hacia el que debe dirigirse.

Fuente: Albert Cheung, Head of Analysis Bloomberg NEF - Bloomberg.

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