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DNV enciende las alarmas de cara a la COP26: las emisiones netas cero a 2050 no son suficientes para limitar el calentamiento global

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Un camino factible para limitar el camino más viable para limitar el calentamiento global a 1,5 °C requiere que determinados países y sectores estén por debajo del cero neto y que lo hagan mucho antes de mitad de siglo, según un nuevo análisis de los autores del informe “Energy Transition Outlook” de la firma DNV.

Los legisladores se reunirán en Glasgow para la cumbre COP 26 con la mirada puesta en lograr el objetivo de cero emisiones para 2050.  Para que esto ocurra, el análisis de DNV muestra que Norteamérica y Europa deben ser neutros en carbono para 2042 y negativos en carbono a partir de esa fecha. El informe también indica que la región de la Gran China debe reducir las emisiones en un 98% respecto a los niveles de 2019 para 2050.  La transición al nivel de cero emisiones será más lenta en las regiones que no puedan pasar completamente de manera realista de los combustibles fósiles en el mismo intervalo de tiempo, como el subcontinente indio, que reducirá las emisiones en un 64 %.

El informe Pathway to Net Zero Emissions también expone el ritmo al que deben descarbonizarse diferentes sectores industriales.  Los sectores considerados de reducción difícil tardarán más en descarbonizarse e incluso si sectores como el marítimo (-90 % de emisiones de CO2 en 2050) y la producción de hierro y acero (-82 %) aceleran la introducción de tecnologías más ecológicas, seguirán siendo emisores netos para 2050.

Mientras que el informe Energy Transition Outlook hace una estimación del futuro energético más probable para 2050, el informe Pathway to Net Zero Emissions ofrece una forma factible de limitar el calentamiento global a 1,5 °C. El informe destaca entre otros informes de su clase porque es el único que empieza desde el punto en que estaremos en 2050 y después busca eliminar este desfase.

“Llegar a cero no es suficiente. Esto es así porque, por mucho que lo intenten, muchos países en desarrollo y sectores de reducción difícil no van a poder lograr el nivel de cero emisiones para 2050, el umbral crítico para que el mundo permanezca dentro del límite de calentamiento de 1,5 °C”, ha indicado Remi Eriksen, presidente del grupo y CEO de DNV. “Por eso, los países desarrollados, las empresas punteras y los sectores de fácil electrificación deberán estar por debajo de cero antes de 2050”.

La mezcla de energías primarias establecida en el informe “Net Zero” es totalmente distinta de la trayectoria actual.  La electricidad suple un poco más de la mitad (51 %) de la demanda energética, con la eólica y la solar suministrando un 86% de la electricidad.  El hidrógeno, crucial para la descarbonización de los sectores de reducción difícil, supone un 13%.  Los combustibles fósiles seguirán siendo necesarios en países y sectores industriales que no puedan descarbonizarse totalmente para 2050.  El 21% del mix energético se deriva de los combustibles fósiles (8 % petróleo, 10 % gas natural y 3 % carbón), aunque no se necesitarán yacimientos de petróleo y gas nuevos después de 2028.  Las tecnologías de captura y eliminación del carbono son imprescindibles, según el informe “Net Zero”, para eliminar el 20% restante de emisiones.  La energía nuclear no destaca de manera importante, ya que es demasiado costosa en comparación con las energías renovables.

El objetivo a medio plazo del Acuerdo de París de reducir las emisiones a la mitad respecto a los niveles de 2017 para 2030 está fuera del alcance y el informe “Net Zero” pone la reducción de emisiones en el 30% llegados a este punto.  Sin embargo, para que las tecnologías sean escalables a futuro (por ejemplo, el hidrógeno verde y la captura y almacenamiento de carbono), las inversiones y políticas deben ponerse en marcha ya. Simultáneamente, debe realizarse inmediatamente un aumento masivo de la energía solar y eólica para acelerar la electrificación ecológica del sistema energético.

El tiempo, y no tanto el dinero, es el principal freno para iniciar el camino a un objetivo de cero emisiones netas. Incluso con las enormes inversiones requeridas (un acumulado de 55 billones USD en renovables y 35 billones USD en redes eléctricas en 30 años) los costes adicionales para lograr el objetivo de 1,5 °C son inferiores al 1 % del PIB mundial.

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