Los e-combustibles fabricados a partir de hidrógeno y dióxido de carbono (CO2) capturado mediante el proceso de conversión de energía en líquidos (PtL) pueden presumir de unas emisiones extremadamente bajas en comparación con los combustibles fósiles a los que sustituyen, dependiendo de la fuente de carbono. Además, los e-combustibles no se enfrentan a los mismos retos que los biocombustibles en cuanto a disponibilidad y sostenibilidad de las materias primas de biomasa.
En consecuencia, los sectores del transporte difíciles de abandonar, como el marítimo y el aéreo, están buscando en los e-combustibles una ayuda para su descarbonización. La vía del PtL se expandirá rápidamente en la década de 2020, pasando de un puñado de plantas piloto en 2024 a una capacidad mundial potencial de más de 4.000 millones de litros al año en 2030.
Estadísticas clave de los e-combustibles de 2024 a 2030Capacidad de producción de e-líquidos prevista hasta 2030
Existen varias vías para producir e-combustibles. Entre ellas, la producción de gas de síntesis seguida del proceso Fischer-Tropsch o la síntesis de etanol. Esta última puede combinarse con una tecnología de conversión del metanol, como la de metanol a chorro, para producir equeroseno. Estos procesos difieren, pero siempre requieren las mismas materias primas: hidrógeno y CO2 capturado.
En la actualidad, sólo hay un puñado de instalaciones de PtL operativas y se encuentran principalmente en fase piloto. Este número va a crecer rápidamente, con más de 30 proyectos más en fase de tramitación, cuya entrada en funcionamiento está prevista para 2030, y varios otros con fechas de inicio desconocidas, sumando una capacidad de producción anual de más de 5.000 millones de litros.
La mayoría de las plantas están previstas en Europa. Sin embargo, Norteamérica está a la cabeza en cuanto a capacidad prevista, con unos 2.300 millones de litros que entrarán en funcionamiento en 2030, frente a los 1.350 millones de litros de Europa. Esto se debe principalmente a una planta extremadamente grande prevista por HIF Global para su puesta en marcha en Texas en 2027, que es más de tres veces mayor que cualquier otro proyecto de PtL previsto.
A diferencia del resto del panorama de los combustibles renovables, dominado por las petroleras, el de la PtL está formado principalmente por empresas emergentes. Estas empresas intentan ampliar la tecnología naciente y dependen de asociaciones y financiación. Los proyectos previstos se centran en diversos combustibles, pero el e-metanol y el e-keroseno se perfilan como las dos prioridades.
BloombergNEF prevé que la expansión de los combustibles electrónicos se verá obstaculizada por el coste. Para 2050, es probable que el equeroseno siga siendo más caro que el combustible convencional combinado con la captura directa del aire para compensar las emisiones. La reducción de costes depende de la producción ecológica de hidrógeno y de la mejora de la tecnología de captura de CO2.
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