El diplomático argentino Rafael Grossi, de 58 años, será durante los próximos cuatro años director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), al frente del que tendrá que tratar asuntos tan complejos como el programa atómico iraní o la seguridad de las centrales.
Grossi es el primer latinoamericano en dirigir este organismo del sistema de Naciones Unidas, creado en 1957 para atender los riesgos y amenazas, y también todo el potencial de desarrollo, de la energía atómica.
El nombramiento de Grossi debe ser aún ratificado en una Conferencia General extraordinaria del OIEA que se celebrará en la segunda mitad de noviembre, un paso que se considera una mera formalidad. Su mandato está previsto que comience el primero de enero de 2020.
El nuevo director del OIEA ejercía actualmente como embajador de Argentina tanto ante Austria, Eslovenia y Eslovaquia, como ante los organismos internacionales con sede en Viena, entre ellos el propio OIEA.
Tras titularse en Ciencias Políticas por la Universidad Católica de Argentina, Grossi realizó sus estudios diplomáticos en el Instituto del Servicio Exterior de la Nación.
También tiene una maestría en Relaciones Internacionales y un doctorado en Historia y Política Internacional por la Universidad de Ginebra.
Grossi trabajó en la Dirección de Asuntos Nucleares de la Cancillería argentina y ha representado a su país en numerosos foros internacionales de asuntos de seguridad, desarme y no proliferación nuclear.
En 2002 fue nombrado Jefe de Gabinete de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), con sede en La Haya.
Su carrera ha estado vinculada en gran parte al mundo de la energía atómica.
En 2015, por ejemplo, presidió la Conferencia Diplomática sobre la Convención de Seguridad Nuclear, convocada para revisar las cuestiones de seguridad atómica después del accidente en la central de Fukushima en 2011.
Grossi conoce bien el Organismo del que ahora será su máximo representante. Entre 2009 y 2013 fue su director adjunto y jefe de Gabinete del anterior director, Yukiya Amano, fallecido el pasado julio.
El diplomático argentino habla inglés, francés, alemán e italiano.
Grossi insistió durante la campaña en que su candidatura había reunido apoyos de países de distintas regiones. Además del respaldo de América Latina, Grossi ha tenido el de Estados Unidos e incluso algunos países europeos, según han señalado a Efe fuentes diplomáticas.
El experto argentino ha destacado que una de sus intenciones es mejorar la transparencia y la política de comunicación del OIEA, criticada en el pasado en crisis como la de Fukushima, para ganar la confianza de la opinión pública.
Esta agencia nuclear trata con asuntos tan complejos y delicados como verificar que el programa atómico iraní no tiene una vertiente militar o garantizar la seguridad de las centrales.
El OIEA es también el encargado de verificar si Irán cumple con los compromisos del acuerdo nuclear que firmó en 2015 con seis grandes potencias -EE. UU., Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania- y del que Washington salió el año pasado de forma unilateral.
Desde mayo Irán comenzó a incumplir el acuerdo nuclear para presionar a los países europeos para que garanticen las ventajas económicas del pacto tras la salida de EE. UU. y el levantamiento de sus sanciones sobre Teherán.
El acuerdo prevé importantes limitaciones técnicas en el programa nuclear de Irán para evitar que el país se haga con bombas atómicas.
A cambio, se levantaron las sanciones internacionales contra el país y se prometió una normalización económica, que está en entredicho desde que Estados Unidos aplicara nuevas medidas punitivas, sobre todo contra el sector petrolero iraní.