Ningún comentario

El sistema de Certificados de Ahorro Energético (CAE) nació con el espíritu de facilitar las inversiones en proyectos de eficiencia energética. Se trata de una alternativa menos exigente en términos administrativos que las ayudas directas. Además, al ser compatibles con gran variedad de programas de subvenciones públicas, pueden ser una fuente de financiación complementaria a estas.

Este modelo se encuadra dentro del marco europeo donde países como Francia, Bélgica, Italia, Reino Unido o Polonia ya disponen de mecanismos.

Las iniciativas susceptibles de generar CAEs pueden ser de dos tipos. Por un lado, las actuaciones estandarizadas, de tramitación más ágil, son aquellas fácilmente replicables que siguen un catálogo de fichas predefinidas. Por otro lado, aquellas actuaciones que por su complejidad técnica no se adaptan a las fichas estandarizadas se consideran como singulares y requieren una verificación individualizada.

Esta herramienta crea un mercado en el que el ahorro energético, medido en kWh, es un “producto” intangible, que puede ser vendido a Sujetos Obligados (comercializadoras de gas y electricidad y operadores al por mayor de productos petrolíferos y GLP), para que estos puedan cumplir sus objetivos legales de ahorro. Actualmente, el precio medio (aunque en algunos casos se han dado precios mayores dependiendo de la cantidad de ahorro generado, si la actuación está ya ejecutada, la disponibilidad de evidencias, etc.) que reciben los propietarios iniciales de los ahorros se sitúa entre los 115 €/MWh y los 140 €/MWh, de acuerdo con los datos del informe publicado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el mes de agosto de 2025.

El auge del sistema CAE

El sistema CAE entró en vigor en el año 2023, pero fue a partir del último trimestre del 2024 cuando empezó a experimentar un fuerte crecimiento. De acuerdo con los datos publicados por el MITECO, en agosto de 2025 se contabilizaban 2.140 solicitudes acumuladas de emisión de CAE, lo cual supone un gran aumento si se compara con las 132 solicitudes acumuladas que se contabilizaban en septiembre de 2024.

Estos datos sugieren que este mecanismo está generando cada vez más interés, especialmente en el sector industrial y de transporte, los cuales suman en conjunto más del 90% de los ahorros solicitados.

Los desafíos actuales de los CAEs

Sin embargo, el sistema CAE aún enfrenta varios desafíos que pueden tener gran impacto en su consolidación como una herramienta eficaz a la hora de propiciar la transición energética y la descarbonización.

Un aspecto importante a futuro será la cohesión de los criterios de verificación entre las diferentes Comunidades Autónomas, algo fundamental para garantizar que todos los territorios avancen de manera homogénea en la transición energética y proporcionar seguridad jurídica de todos los agentes del sistema.

Actualmente, en algunas Comunidades Autónomas se aplican criterios más exigentes que en otras, lo que genera incertidumbre entre los solicitantes y puede llegar a ralentizar el proceso de verificación y emisión de los certificados.

El redactor recomienda

A este respecto, destaca Castilla y León con el mayor número de actuaciones solicitadas, siendo a la vez la cuarta Comunidad Autónoma con mayor volumen de GWh de ahorro solicitado, en un ranking liderado por Madrid y Cataluña.

Otro desafío será dar a conocer el sistema para que se difunda entre el público general. Existen pymes y comunidades de vecinos que aún no conocen la existencia del sistema CAE, perdiendo la posibilidad de monetizar sus ahorros. Actualmente, el sector terciario y el residencial aportan menos del 10% del volumen de ahorros solicitados, siendo un área con gran potencial para fomentar medidas de eficiencia energética.

En la tramitación de los CAE, es necesario tener en cuenta su justificación documental incluso antes del inicio de las actuaciones. Por ello, una adecuada divulgación de cómo funciona este mecanismo facilitará en gran medida la recopilación de los datos y documentos necesarios antes de la realización de las actuaciones de mejora en la eficiencia energética. Un caso ilustrativo de esto sería el de una comunidad de vecinos que pueda quedarse sin monetizar los ahorros generados por la rehabilitación y mejora de la envolvente de su edificio por no disponer de un Certificado de Eficiencia Energética anterior a la realización de la obra.

Un tercer desafío será la posibilidad de que se establezca una efectiva colaboración público-privada, un aspecto fundamental para garantizar el futuro desarrollo del sistema. Un ejemplo de ello se da en el ámbito de las actuaciones estandarizadas cuyas fichas han sufrido varias modificaciones desde que entró en vigor este mecanismo. En este sentido, es necesario que la administración mantenga una comunicación fluida con el sector privado, para conocer de primera mano las necesidades y dificultades que enfrentan los solicitantes en la tramitación de los CAEs y que este conocimiento se traduzca en futuras mejoras que permitan un uso eficaz de las fichas por parte de los interesados.

A este respecto, las futuras modificaciones que se hagan en el sistema deberán seguir garantizando un procedimiento ágil para que el sistema mantenga su atractivo.

“Hay que visualizar los CAEs como herramienta muy potente para obtener financiación, pero que todavía debe seguir progresando”

Conclusión

En definitiva, el sistema CAE es una herramienta potente que cuenta con la doble ventaja de reducir los consumos energéticos a través de iniciativas de eficiencia energética, a la vez que se monetizan los ahorros energéticos obtenidos.

Sin embargo, tal y como se ha mencionado, el proceso afronta varios desafíos entre ellos la disparidad de criterios entre Comunidades Autónomas, el bajo impacto que está teniendo en los sectores residencial y terciario, y la necesidad de una mayor difusión del sistema. Para enfrentarlos, la colaboración entre las administraciones públicas, empresas instaladoras, sujetos obligados y empresas de servicios energéticos serán la clave para consolidar el sistema CAE como una herramienta eficaz y sostenible para completar la transición energética y los planes de descarbonización.

Para traducir las inversiones en eficiencia energética en CAEs de forma eficaz, contar con un acompañamiento especializado puede marcar la diferencia en el éxito del proceso.

David J. Fermín Sánchez es Project Manager Medio Ambiente y Sostenibilidad de Euro-Funding.

Noticias relacionadas

No hay comentarios

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios

Este sitio web está protegido por reCAPTCHA y la Política de privacidad y Términos de servicio de Google aplican.