3 comentarios publicados El sector del autoconsumo fotovoltaico en España ha perdido fuelle. Tras varios años de crecimiento sostenido, los primeros datos del año 2025 muestran un parón preocupante. Así lo refleja el último informe provisional publicado por la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), que revela una caída significativa en el ritmo de nuevas instalaciones respecto al promedio del año anterior.
Aunque el volumen de nuevas instalaciones de autoconsumo en el primer trimestre de 2025 se mantiene en niveles similares al mismo periodo de 2024, el análisis comparativo con la media trimestral del pasado ejercicio deja entrever una ralentización generalizada: un descenso del 14% en el segmento residencial, del 17% en el comercial y de un preocupante 20% en el industrial.
UNEF atribuye este último descenso a la mayor complejidad y tiempo de maduración que requieren los proyectos industriales, y recuerda que esta tendencia a la baja ya empezó a observarse en los segmentos residencial y comercial en 2024.
Caída del crecimiento
Esta caída en el ritmo de crecimiento no solo afecta al balance trimestral, sino que tiene implicaciones estructurales: de seguir así, España no alcanzará los objetivos climáticos y energéticos marcados por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que fija en 19 GW (19.000 MW) la meta de potencia instalada en autoconsumo para 2030.
A cierre de 2024, la potencia acumulada era de 8.137 MW, tras sumar 1.182 MW durante ese año. Para cumplir con los objetivos del PNIEC, el ritmo medio anual de nuevas instalaciones debería ser, como mínimo, de 1.810 MW al año. Pero con el parón detectado en este arranque de 2025, ese ritmo queda ya en entredicho.
Desde la patronal fotovoltaica consideran que uno de los principales obstáculos es el actual diseño tarifario de la factura eléctrica, que penaliza la eficiencia y resta atractivo económico al autoconsumo.
“Para incentivar las inversiones, el autoconsumo debe traducirse en un ahorro real para el consumidor. Y eso solo será posible si se aumenta el peso de la parte variable de la factura eléctrica”, explica José Donoso, director general de UNEF. Actualmente, el reparto entre los componentes fijos y variables de los peajes eléctricos —establecido por la CNMC— favorece la parte fija (75%), dejando solo un 25% para la parte variable, lo que limita el potencial de ahorro para quienes generan su propia electricidad.
Donoso insiste en que esta configuración desincentiva el autoconsumo y lanza señales equivocadas en un contexto en el que debería premiarse la eficiencia, el ahorro y la generación distribuida.
Cierre de filas... y de empresas
La ralentización del autoconsumo en 2025 no es solo un asunto de cifras. Cada vez son más los síntomas que evidencian un deterioro profundo del entorno empresarial vinculado a esta actividad. Grandes compañías que en los últimos años habían apostado por entrar en el negocio fotovoltaico están comenzando a dar marcha atrás, desinvirtiendo, reestructurando plantillas o, directamente, abandonando el mercado del autoconsumo, especialmente en el segmento residencial.
Uno de los casos más llamativos es el de EDP, que ha decidido cerrar su línea de autoconsumo para hogares en España. La energética, que había entrado con fuerza en este nicho en los últimos años, considera que el contexto actual —marcado por márgenes cada vez más ajustados, una demanda menos dinámica de lo esperado y una complejidad regulatoria creciente— no justifica seguir invirtiendo recursos en este canal. Tal y como declaró la compañía, esta centrará sus esfuerzos en otros segmentos de las renovables con mayor estabilidad y rentabilidad a medio plazo.
No es una excepción. Otro ejemplo significativo es el de Solar360, la joint venture creada por Telefónica y Repsol en 2022 con el ambicioso objetivo de liderar el mercado residencial de autoconsumo en España. A pesar del respaldo de dos grandes grupos empresariales y del acceso privilegiado a una red de clientes muy amplia, el proyecto no ha conseguido escalar como se esperaba. La empresa se ha visto lastrada por un entorno comercial más difícil de lo previsto, con un consumidor más reticente a invertir y unos costes de captación de clientes elevados que han impedido alcanzar economías de escala sostenibles.
A esta lista se suma Galp, la energética portuguesa que ha iniciado una reestructuración profunda de su negocio renovable en España. Tal y como desveló El Confidencial, la compañía ha recortado plantilla en su división de renovables y ha decidido cerrar completamente su línea de autoconsumo en el país. Fuentes cercanas a la empresa explican que el bajo retorno de la inversión, unido a una normativa inestable y procesos administrativos que ralentizan la ejecución de proyectos, ha llevado a la dirección a tomar esta decisión. La medida refleja no solo un ajuste corporativo, sino una pérdida de confianza en la capacidad del sector para generar valor en el entorno actual.
Estas retiradas masivas y silenciosas apuntan a un problema estructural. El modelo de negocio del autoconsumo en España, especialmente en el ámbito residencial, no está logrando ofrecer la rentabilidad esperada ni a las grandes empresas ni a muchas pymes del sector. Las dificultades para competir en un mercado cada vez más saturado, el aumento de los costes logísticos y de materiales, la falta de claridad regulatoria y la lentitud en los procesos de tramitación están creando un entorno poco atractivo, incluso para actores con músculo financiero y experiencia en energías renovables.
Nuevo real decreto de autoconsumo
Las expectativas del sector fotovoltaico están centradas en el nuevo Real Decreto de autoconsumo que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) prevé aprobar en los próximos meses. UNEF, respaldada por otros actores del sector, ha planteado una serie de propuestas que considera fundamentales para revertir la desaceleración actual. Entre ellas, destaca la necesidad de facilitar la tramitación administrativa para instalaciones de hasta 500 kW, así como flexibilizar las condiciones técnicas permitiendo una mayor distancia entre el punto de generación y el de consumo.
También reclama medidas específicas para fomentar el autoconsumo colectivo, como el reparto de excedentes entre distintos usuarios y la creación de la figura del gestor que los coordine. La patronal insiste además en revisar los requisitos de acceso y conexión para las pequeñas instalaciones que inyectan menos de 15 kW a la red, y propone que estas exenciones no se basen únicamente en la potencia instalada.
A ello suma la petición de incentivos fiscales más atractivos y una aplicación homogénea por parte de las comunidades autónomas del marco normativo vigente, especialmente en lo que respecta a la exención de autorizaciones administrativas para instalaciones de menor escala, tal como recoge el RDL 18/2022.
“El sol es nuestro mayor recurso energético, y la tecnología para aprovecharlo ya está madura y es rentable. No podemos permitir que una maraña de trámites y una tarifa mal diseñada frene esta revolución. El autoconsumo es eficiencia, soberanía y ahorro. Necesitamos que el marco normativo esté a la altura”, enfatiza Donoso.
Miguel A. A.
22/06/2025