Fusiones, ventas, quiebras, cambio de modelo de negocio, crisis económica, pérdida de competitividad,... En los últimos meses hay mucho ajetreo entre las empresas del sector energético y su consecuencia más directa es el ajuste laboral. "La solución mágica a todos los problemas de una mala gestión empresarial", señala Juan Carlos Álvarez, secretario de Política Industrial de CCOO.
Uno de los primeroso ejemplos es el cierre de la Central de Gasificación Integrada en un Ciclo Combinado de Elcogas en Puertollano (Ciudad Real). Tras más de dos décadas de funcionamiento, en enero pasado unos 120 trabajadores dejaron sus puestos así como cerca de mil empleos en la comarca que vivían de la riqueza que generaba la central.
Otro es Abengoa. En los últimos meses de 2015, cuando se esperaba la presentación del preconcurso de acreedores, hubo hasta 700 despidos entre no renovaciones y salidas voluntarias que hicieron innecesaria la aplicación de un ERE. Pero a primeros de mayo la compañía anunciaba que iba a reducir su plantilla en España hasta en un 10% de forma inmediata, es decir, unos 500 despidos. Paralelamente se iniciaron despidos en su sede central en Palmas Altas (Sevilla) que podrían sumar varias decenas de personas.
También se han producido despidos en Abengoa Bioenergía, Abeinsa, Abencor, Abengoa Solar New Technologies, Abengoa EPC y en Abengoa Research, filial de I+D, aunque muchos de ellos, según datos de CCOO de Industria, "han sido bajas voluntarias porque los profesionales en cuanto han tenido una oferta laboral de otra empresa se han ido vista la incertidumbre en el futuro de Abengoa".
El caso más flagrante es el de Inabensa, dedicada a la construcción y mantenimiento de instalaciones eléctricas y filial de Abengoa. Ya se ha comunicado un expediente de regulación de empleo (ERE) y aunque inicialmente se hablaba de alcanzar el 50% del total de trabajadores (tiene en plantilla unos 1.500), por el momento son alrededor de 400 además de un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) durante ocho meses para 25 empleados.
Aún hay más. Las fusiones entre las empresas del sector demuestran la necesidad de fortalecer sus posiciones en el mercado pero siempre hay perdedores, los trabajadores de una de las dos empresas fusionadas. Es el caso de General Electric y Alstom, que tras la adquisición por parte de la estadounidense de los negocios de energía y redes de la francesa, ahora toca hacer reajustes de plantilla. En España, ya ha anunciado que tiene intención de despedir a 400 trabajadores.
Otras fusiones que pronto nos darán noticias al respecto son las de Siemens y Gamesa y Acciona y Nordex. "Lo más probable es que haya un adelgazamiento de plantilla, pero todavía no se sabe cuánto", explican fuentes sindicales.
El sector del carbón
"Las eléctricas no están comprando carbón nacional porque todavía no se ha aprobado el mecanismo de ayudas al sector y la situación es desesperada porque se incumplen los acuerdos por parte del Gobierno de Mariano Rajoy", denuncia José Luis Villares, responsable del Sector de la Industria Extractiva de CCOO, "ya no podemos reducir más la plantilla, está ajustadísima y en 2018 se acaban las ayudas". Actualmente hay 3.800 trabajadores sumando empresas principales y auxiliares en todas las comarcas mineras del país, en Puertollano, León, Asturias y Teruel, "y si no garantizamos la compra nacional, si no cambia la situación en los próximos meses, muchas empresas tendrán que echar el cierre".
Aún así, "los primeros en caer son siempre las empresas auxiliares", añade Villares, "estamos hablando de unos 1.000 trabajadores que están en sus casas porque no hay trabajo, y el resto, los que trabajan en las empresas mineras, van y vienen cuando hay trabajo, se parecen ahora a los de la recogida de la aceituna por su temporalidad".
Sector eléctrico
Una de las compañías eléctricas que más está transformando su fuerza laboral es Endesa. Desde hace unos años inició un proceso de "readaptación" **que durará hasta 2018 **porque necesitaba incorporar perfiles más jóvenes ante el continuo envejecimiento de su plantilla. "La mayoría son bajas voluntarias, prejubilaciones y EREs pactados, no traumáticos", explican fuentes del sector. "Como punto negativo es que salen más de los que entran y por tanto, se está adelgazando su estructura laboral", concluye Álvarez de CCOO.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios