Desde el pasado mes de diciembre, en la localidad costera australiana de Byron Bay, a 600 kilómetros al norte de Sydney , circula el que se autodenomina “primer tren solar del mundo”. No es un AVE, ya que circula a unos 50 km/h, aunque tiene una velocidad punta de 115 km/h, ni tampoco es un Transiberiano, porque su recorrido actual es de poco más de 3 kilómetros, pero, según los turistas y vecinos usuarios de esta línea de cercanías, la experiencia es fascinante.
El Byron Bay Train opera con un único convoy formado por dos vagones, en un tren antiguamente impulsado con motor diésel, adaptado ahora con placas fotovoltaicas y baterías para funcionar íntegramente con energía eléctrica captada del sol.
Brian Flannery tuvo la idea de rehabilitar esta línea ferroviaria en desuso hace unos diez años. En principio solo pensó en recuperar el tren abandonado y restaurar las vías, pero finalmente el proyecto incorporó un moderno sistema de captación solar, exquisitamente adaptado para no alterar la estética del convoy de época. El tren funciona en condiciones normales gracias a la energía captada por las placas solares instaladas en la parte superior del convoy doble y las placas solares emplazadas en los tejados de las estaciones. El tren dispone además de un motor de emergencia que puede funcionar con gasoil.






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