Los relojes se han retrasado una hora en España, un cambio enfocado a un ahorro de energía cada vez más cuestionado y que tiene efectos negativos en la salud, como trastornos del sueño o una reducción de la productividad, según apuntan algunos expertos.
"Los motivos de este cambio horario responden a la voluntad de ahorrar energía con el fin de aprovechar al máximo las horas de sol y, por tanto, ajustar el consumo para lograr una mejor sincronización entre las horas en que es necesario utilizar luz artificial y aquellas en que no lo es”, explica el catedrático del Departamento de Economía de la Universitat Rovira i Virgili (URV), Josep Maria Arauzo.
El cambio de hora se empezó a implementar en Europa durante la Primera Guerra Mundial, con el objetivo de ahorrar energía durante el conflicto, y se generalizó por la crisis del petróleo en los años 70 de forma coordinada entre los Estados miembros de la Unión Europea, explica Arauzo.
“Ahora bien, esta política no está exenta de críticas y, en los últimos años, son muchas las voces que destacan sus inconvenientes y piden la eliminación del cambio horario estacional”, afirma el catedrático de la URV.
Entre los inconvenientes, los expertos destacan las afectaciones a la salud y las dificultades del organismo para adaptarse, sobre todo en el caso de los menores y de la población de más edad, ya que se producen trastornos del sueño similares a los del jet lag.
El cambio de hora
También hay problemas de ajuste con el resto del mundo, pues no todos los países siguen esta práctica, como la adaptación de los horarios de los medios de transporte; el funcionamiento de algunas explotaciones ganaderas, en las que los animales no se ajustan fácilmente a los nuevos horarios; o una reducción de la productividad.







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