La Consejería para la Transición Ecológica de la Junta de Extremadura no da abasto con el volumen de iniciativas verdes que está tramitando. Solo en fotovoltaica hay más de 8.000 megavatios de potencia, la mayoría correspondiente a grandes proyectos, pero también hay otros más modestos pero de gran trascendencia para un sector importante en la economía de la comunidad como es la agroindustria.
El campo ha apostado por las renovables, básicamente con pequeñas plantas fotovoltaicas con las que reducir un buen pellizco de la factura eléctrica. Los dos últimos casos son la empresa del sector del porcino Estirpe Negra, del grupo agroalimentario Argal, con sede en Fregenal de la Sierra, y la comunidad de regantes de Montijo-Canal de Montijo. En ambos casos, la Junta les acaba de conceder la autorización administrativa previa para la construcción de dos fotovoltaicas de autoconsumo.
“Teníamos claro que íbamos a apostar por una fotovoltaica para que la factura energética nos baje. Ahora es el momento. Lo habíamos planificado para antes, pero hemos tenido que modificar algunas cosas técnicas del proyecto y vamos a tenerla en funcionamiento a principios del próximo año”, le dijo al diario Hoy Javier Aguado, presidente de la junta de gobierno de la comunidad de regantes montijana, que agrupa a unos 2.600 regantes y 20.600 hectáreas de cultivo.
La agricultura de regadío se ha sumado con entusiasmo, por convencimiento y porque hay una interesante y jugosa línea de ayudas públicas. “La modernización, la optimización del regadío implica más costes, y conseguir el mayor ahorro energético es muy importante”, dice Aguado. “En nuestro caso, con la nueva fotovoltaica estimamos que el ahorro va a ser de un 20% sobre la factura anual”.
Algunos de estos proyectos son de fotovoltaica flotante, como el que tiene desde junio pasado la Comunidad de Regantes de Mérida, con la hasta ahora planta de este tipo más grande del país. Está en el término municipal de Arroyo de San Serván, a catorce kilómetros de la capital de Extremadura. Tiene más de 1.500 placas solares sobre una masa de agua de 6.000 metros cuadrados de la balsa de regulación del canal de Lobón. La potencia superará los 500 kilovatios, aunque la intención es duplicar su capacidad.
La que ahora promueven los regantes de Montijo es sobre suelo, en una parcela de unas dos hectáreas. En ella sea van a gastar 700.000 euros. "La amortización de la inversión es fácil. Costearemos aproximadamente el 30% de esa cantidad porque el otro nos llega a través de subvenciones para proyectos de este tipo. La energía producida es la que va a pagar el coste de la obra", indice Agudo.
Será una instalación solar de 674,2 kilovatios de potencia instalada, con 1.848 módulos montados sobre una estructura fija. Ya han empezado las obras y deben terminar en enero. Como la campaña de riegos comienza como muy temprano en marzo, estará activa entonces. "Con esta planta vamos a producir la energía que nos ahorrará pagar la que ahora abonamos a una eléctrica por la estación elevadora. Es la que tenemos para poder coger el agua del canal de Montijo", puntualiza.
Pero no solo el regadío se apunta a la producción de energía limpia para sus propios intereses. También lo hace la ganadería. La industria del porcino Estirpe Negra va a construir entre los términos de Fregenal y Bodonal de la Sierra una fotovoltaica de 985,5 kilovatios de potencia instalada, compuesta por 2.700 placas. La inversión en este caso para la empresa de Argal supera el medio millón de euros.
Estirpe Negra elabora tanto derivados del cerdo ibérico como blanco. La fábrica de Fregenal cuenta con una plantilla media de unos 110 trabajadores y factura anualmente entre 60 y 70 millones de euros. La empresa del porcino acaba de conseguir permiso para exportar jamón y paleta con hueso a China y es una de las impulsoras del macromatadero de ibérico previsto construir en Zafra.
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