Eléctricas

El carbón, la espiral de la muerte de las grandes eléctricas europeas

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Central térmica de Moorburg en Alemania.

Una revisión de sector eléctrico de la Unión Europea muestra cómo apostar por nuevas y existentes plantas de carbón utilizando modelos de negocio antiguos, ha reducido los rendimientos para los grandes grupos energéticos y además plantea importantes riesgos futuros para los inversores.

Un nuevo estudio publicado por la Iniciativa Carbon Tracker, titulado Carbón, atrapadas en la espiral de la muerte considera que el cambio de las condiciones del mercado para las eléctricas con las nuevas plantas de carbón no consiguen generar flujos de caja positivos incluso en el escenario más optimista.

Tras destacar los peligros de seguir invirtiendo en la generación a carbón, el informe analiza la nueva planta de carbón de Vattenfall de Moorburg en Hamburgo, Alemania. El análisis destaca que el estancamiento es casi inevitable. Incluso si los precios del carbón y los precios del carbono eran bajos y el factor de carga alto, la planta de energía lucharía demasiado para obtener un beneficio, por lo que es casi imposible de recuperar su coste de 3 millones de euros.

" Las eléctricas necesitan cambiar sus modelos de negocio y alejarse del carbón para no quedarse atrapadas con activos que no proporcionan un retorno para los accionistas", dijo James Leaton, director de investigación de Carbono Tracker.

El informe aparece en medio de las conversaciones climáticas de la ONU en Bonn y justo unos días antes de la Cumbre del G7 en Baviera, dos reuniones que probablemente darán forma al texto final de la Cumbre de Cambio Climático de París en diciembre. También cabe recordar la apuesta de Noruega de retirar miles de millones de dólares de inversiones en carbón a través del fondo soberano de 900.000 millones, el más grande del mundo.

El fondo se desprenderá de sus participaciones en empresas que generen más del 30% de su producción o de los ingresos de las actividades relacionadas con el carbón.

El estudio de Carbon Tracker, una inciativa formada por grandes fondos y fundaciones que apuestan por la sostenibilidad medioambiental, entre los que se encuentran Rockefeller Fund u Oak Fund, y que cuenta con el apoyo de bancos privados de prestigio como Citi o JP Morgan, muestra cómo la alemana E.ON y RWE, la francesa GDF Suez, Electricité de France (EDF), y la italiana Enel, perdieron 100.000 millones, o el 37% de su valor en bolsa desde 2008 a 2013.

El análisis encuentra una evidencia de que en gran medida las empresas eléctricas que dependen del carbón les fue peor. De los cinco grandes grupos energéticos analizados, Enel fue la que mejor resultado dio ya que es la que más energía renovable genera del total de su producción, mientras que la alemana RWE salió la peor parada por centrarse en el carbón dentro de su mix de generación.

Los cinco, que proporcionan casi el 60% de la electricidad de Europa y han sido objeto de rebajas por la agencia de calificación crediticia Moody's, al obtener un rendimiento significativamente inferior al del mercado de valores de Alemania, que creció un 18% en el mismo período.

Los beneficios de las cinco empresas en el período fueron alcanzados por una continua dependencia de la generación a carbón, energías renovables de política y tecnología costos, la demanda de electricidad plana y necesidades del cliente en evolución.

"El carbón se ha atascado en el recorrido de la espiral de la muerte de las eléctricas, que es probable que continúe acabando con el valor para los accionistas si siguen apostando por nuevas plantas de carbón", asegura Matthew Gray, asesor de Carbon Tracker y autor principal del informe.

Pese a las afirmaciones de que hay un renacimiento del carbón en Europa, el uso de este combustible fósil en la UE en su conjunto disminuyó un 4,7% en total y un 4,2% en la generación de electricidad en los últimos cinco años. Por el contrario, las cinco empresas analizadas aumentaron su dependencia de la generación de carbón un 9% en el mismo período si se tiene en cuenta a las cinco empresas.

El informe señala que al carbón le quedan pocos días de vida en la Unión Europea. La espiral de la muerte irá más allá, dice el informe. El continuo crecimiento de las energías renovables, el aumento de la eficiencia energética y el aumento de los precios del carbono, van a exprimir las plantas de carbón no rentables, ya que los operadores no pueden aguantar eternamente plantas deficitarias.

Las empresas han reconocido que sus modelos de negocio ya no son sostenibles, y que están perdiendo el tren de las energías renovables. Algunos grandes inversores ya están tomando nota.

Como resultado estamos viendo la reestructuración de los principales grupos europeos. E.ON, por ejemplo, está cambiando su estrategia y va a dejar fuera a los combustibles fósiles y apostar por las renovables.

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