El pasado 14 de febrero, Google, vivió un mal fario en el Día de San Valentín. El gigante tecnológico sufrió un desencuentro, un desamor, en forma de accidente.
El coche autónomo de Google tuvo su primer accidente. No se le ocurrió otra cosa al Lexus SUV, que cambiarse de carril y e ir directamente hasta chocarse con un autobús.
Lo mejor de todo es que no hubo que lamentar heridos, solo unos daños materiales en ambos vehículos.
Según el parte del accidente, el coche de Google iba a dos millas por hora (mph), mientras que el autobús iba a un poco más, a 15 mph.
El rey de los buscadores de Internet ha lamentado el fallo del vehículo. “En este caso, se tiene claramente algo de responsabilidad, porque si el coche no se hubiera movido no habría habido una colisión”.
A pesar de los avances en esta materia, todavía se está lejos para que una solución de este calibre sea totalmente segura.