Política energética

El consumidor directo de electricidad, cada vez más de moda entre empresas y ayuntamientos

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La eficiencia energética y sobre todo, reducir la factura eléctrica se está convirtiendo en una prioridad para empresas y administraciones públicas, y por eso una de las opciones cada vez más extendida es la de quitarse intermediarios, es decir, saltarse a la comercializadora participando directamente en la compra de energía en el mercado mayorista. Es lo que se conoce como Consumidor Directo de Mercado (CDM), una figura que es posible desde el año 2003 y que cada vez cuenta con más adeptos.

Lo único que se necesita es haber prestado al operador del sistema las garantías suficientes que permitan dar cobertura a las compras en el mercado y cumplir el proceso de cobros y pagos, además de tener la condición de agente de mercado.

Pero, ¿se consigue realmente un ahorro significativo en el recibo de la luz?

La compra directa tiene una serie de ventajas y desventajas respecto a la contratación de una comercializadora, según las conclusiones de la Jornada "La Compra Directa en el Mercado de Electricidad" organizada por el Ateneo de Energía. Las ventajas son la eliminación del coste del margen comercial del intermediario y que no hay que financiar el Fondo Nacional de Eficiencia Energética, lo que supone un ahorro de 0,26 €/MWh, además de poder realizar una estrategia propia de compra de energía, y en ocasiones ahorrarse las tasas municipales, una cuestión sobre la que hay mucha polémica en todo el sector eléctrico.

La abogada Cristina Ucelay confirmó que hay muy poca claridad en cuanto a la normativa de los impuestos municipales, "de hecho requiere una reforma que ya se está negociando con el Ministerio de Energía". Mientras tanto, hay que aplicar el mismo criterio que el impositivo para la distribución, aunque "según el TRLRHL (Texto Refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales), en algunos caso se aplica y en otros no, depende", lo que deja mucho margen a la interpretación. Aún así, reconoce que en el caso de pagar las tasas serían inferiores a las que pagaría una comercializadora.

"El que quiera ser consumidor directo va a seguir teniendo los mismos costes financieros que cobra una comercializadora porque ahora deberá pagar los costes de autogestión para hacer la compra directa, aunque podría ser inferior si descontamos los costes que cobra la comercializadora por apantallar los desvíos" explica Joaquín Giráldez, socio cofundador de la consultora Ingebau, "además un comprador directo va a pool igual que una comercializadora, y tiene que hacer su previsión de consumo y su estimación de las pérdidas, enlazar 24 ofertas para las 24 horas del día, pagar dos facturas diarias, pagarlas semanalmente, pagar las garantías en OMIE, y luego en REE hay cinco facturaciones mensuales que se tienen que pagar quincenalmente".

Todo ello requiere un mayor nivel organizativo, habilitar la telemedida de los contadores eléctricos, una gestión dedicada y una mayor carga burocrática. Aún así, Giráldez reconoce que "el comprador directo puede elegir en qué mercado compra, si diario o intradiario, y en esas estrategias de compra sí que hay una ligera diferencia que puede traducirse en un ahorro económico importante", que en algunos casos podría llegar a ser de 4 euros/MWh.

En la jornada se expusieron dos casos de éxito, un ayuntamiento y una empresa. En el primer caso, se presentó Rivas Vaciamadrid como el último de los cuatro ayuntamientos que se han convertido en consumidores directos de electricidad (Barcelona, Avilés en Asturias y Canfranc en Huesca). La representante del Consistorio ha señalado que, por el momento, el ayuntamiento ha conseguido ahorrar un 20% en la factura eléctrica, pero en opinión de Giráldez, "la realidad es que ellos partían de un contrato muy malo a precio fijo y lo están comparando con unos precios en compra directa desde diciembre pasado que todavía no han tenido medidas reales de liquidación, sino estimaciones de REE y ya comprobarán que no sale ese 20%. Ni es tan fácil ni hay esos ahorros".

Para una pyme o una industria, los expertos concluyeron que hay una gran oportunidad no solo en el ahorro energético sino en el cambio de mentalidad y en la eficiencia. "En lugar de dedicarte a consumir electricidad como se acostumbra, que es apagar y encender la luz o los motores en cualquier momento sin pararse a pensar, es decir, en vez de ser reactivos, los que se han convertido en consumidores directos han pasado a ser proactivos", añade el experto de Ingebau, "es decir, deciden cuándo y cómo ser más eficientes en el consumo eléctrico".

Es el caso de la empresa Complejos de Vinilo, que pasó de pagar la factura eléctrica sin saber muy bien a qué correspondía cada cargo, a ser muy productiva, consciente y eficiente, pero para ello se necesitó que toda la organización se alineara para alcanzar ese objetivo. "Si el director financiero, que es el que tiene que pagar todas las semanas, se coordina con el de Administración, y van registrando las 71 facturas mensuales, y si el de Mantenimiento ajusta el uso y consumo eléctrico, el cambio es radical, pero no olvidemos que eso tiene un alto coste organizativo", concluye Giráldez.

En definitiva, elegir entre contratar una comercializadora o convertirse en Consumidor Directo de Mercado es una cuestión de echar números y calcular el esfuerzo y capacidad de cada empresa o institución para asumir el cambio.

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