El pasado 30 de mayo, el diario Los Angeles Times, publicaba una información exclusiva en la que afirmaba que Elon Musk, el hombre del momento, el fundador de Tesla, SolarCity y SpaceX, había conseguido su éxito gracias a casi 5.000 millones de dólares que habría recibido de subsidios del Gobierno norteamericano.
Dar a conocer el secreto del éxito ha conllevado un tremendo enfado en el emprendedor. No esperaba que esa cifra se hiciese pública, por lo menos no tan pronto, y no ha tardado en contestar al diario angelino. "Si quisiera subsidios me hubiese dedicado al petróleo o al gas. Ellos sí que perciben ayudas, incluso multiplicadas por 1.000".
Musk está molesto porque la prensa ha querido manchar su reputación, al asegurar que ha construido su imperio gracias al dinero público de todos los norteamericanos. Es cierto que EEUU da muchas ayudas a los emprendedores, a las renovables y al mundo de la innovación. Pero al igual que Musk, perciben ayudas miles de empresas en EEUU. Por ejemplo, Iberdrola es la empresa extranjera que más subsidios ha recibido: más de 2.000 millones de dólares desde que aterrizó en tierras norteamericanas.
El caso es que Musk en vez de restar importancia a la publicación de las ayudas que ha percibido ha respondido con unas acusaciones falsas porque a los combustibles fósiles no les dan tantas ayudas como dice. Solo habría que multiplicar por 1.000 los 5.000 millones de dólares (5 billones de dólares), una cifra desorbitada y que claramente no es lo que perciben las petroleras, que rondaría más los 15.000 millones en su conjunto en EEUU.
¿Cómo habrá sentado a la opinión pública que se diese a conocer el secreto de Musk? ¿Hasta qué punto puede dañar su imagen? ¿Le castigarán por aprovecharse o lo verán como un empresario de éxito?
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